𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐧 𝐝𝐞 𝐭𝐢...
Una escuela privada, pero no vida privada. Lo que sea que los estudiantes hacen, va directamente a su blog. La desconocida pero escandalosa Gossip Girl, le da problemas a los...
══════════════════════ Al perder a uno de sus padres, se suele heredar pena y un armario lleno de ropa vieja. Pero en el Upper East Side la muerte llega bañada en plata. O en oro, si tus parientes invirtieron en metales preciosos. ══════════════════════
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Esa mañana caminaba al Palace junto a Nate, ya que se llevaría a cabo la lectura del testamento de Bart y queríamos estar ahí para nuestro amigo. Cuando llegamos a la puerta del edificio, Jack, Blair y Chuck se encontraban allí.
— Conozco a mi padre —decía Chuck serio—. Habrá tantas trampas que seré una marioneta... no perderá su última ocasión para ponerme en mi lugar.
— Hola —saludé acercándome—. Pensamos que quizás necesitarías refuerzos.
— Gracias —sonrió sincero—. Vamos.
Entramos al hotel y subimos hasta su despacho. Mientras que los Bass estaban dentro, nosotros esperábamos en una pequeña sala afuera. Era bastante aburrido honestamente.
— No habría venido a esta fiesta si sabía que no era VIP —se quejó Blair.
— Lo importante es que Chuck sepa que vinimos por él —contestó Nate.
Nosotras nos paramos para pegarnos a la puerta y tratar de escuchar algo. Patético, pero no iba a quedarme haciendo nada.
Nate claramente no estuvo de acuerdo:
— Chicas...
— Shh, no oigo —siseé.
Nate soltó una risa, resignado.
Después de unos minutos, se abrió la puerta y casi nos caemos dentro, no lo esperábamos. Chuck, el responsable, resopló mientras los tres entrabamos a la habitación sin invitación.
— ¿Está todo bien? —cuestioné preocupada.
— Chuck, estas son las últimas palabras de tu papá —dijo Jack serio.
Eso me tomó por sorpresa.
— ¿Tu papá te escribió una carta? Léela.
— ¿No tienes curiosidad? —preguntó Nate.
— Lo adivino: "Me decepcionas, me moriría de vergüenza si no hubiera muerto ya, ¿por qué usas tanto morado?" —enumeró desganado.
— Entonces tendrás la satisfacción de tener razón —contestó Jack
No hubo respuesta, así que Jack empezó a abrir la carta. Antes de que pudiera hacer algo más, Blair le quitó el sobre de las manos.
— No, la leeré yo —declaró. Entonces miró a Chuck buscando aprobación, él asintió—. "Querido hijo, sé que siempre he sido duro contigo".
