-No sabía que tenías novio, Heather.
La voz de Michel me hizo abrir los ojos.
-¿Michel?
-Hola.
Me estiré para despabilar y noté que estaba apoyada sobre algo que no era una almohada. Estaba sobre el pecho de Eiden.
La almohada que había puesto entre nosotros estaba donde yo estaba antes y una de mis piernas estaba entrelazada con la suya.
Michel me miraba sentada sobre el escritorio con una sonrisa traviesa.
-No es lo que parece -le dije, antes de que comenzara a sacar conclusiones. Aunque suponía que ya era tarde.
-Es guapo... y tiene buen cuerpo.
-¿Cómo sabes eso?
-Levanté su camiseta para revisar.
-Michel -dije como forma de queja-, eso no es correcto. Es acoso.
Me separé de Eiden, quien seguía profundamente dormido y me levanté de la cama.
-No toque nada, lo juro -yo la miré asqueada-. Dije que no lo hice... eso es delito, ¿sabias? El chico está dormido.
-Tú has cometido delitos antes.
-Ninguno sexual... no quiero identificarme con los pervertidos que arrestan en La Ley y el Orden.
-Pues deja de levantar camisetas de chicos mientas duermen -le pedí-. ¿Cómo entraste?
-Cómo siempre lo hago. Escalé el muro, salté, subí hasta acá y me ahorré la parte de forzar tu ventana porque la dejaste abierta.
-Mientras evites enseñarles a otros... te permitiré seguir haciéndolo.
-¿Bebiste anoche?
-No, él sí -apunté a Eiden.
-Que linda novia eres.
-Oye, tu has dormido con Derek, Kim y Josh. No por eso son tus novios, ¿o sí?
-Es distinto. Podría tener sexo con uno de ellos y no serían mis novios.
Yo reí, pero era cierto. Entre nosotros cinco no sentíamos ningún cariño de pareja, nos habíamos besado e incluso habían pasado otras cosas entre algunos de nosotros, pero nunca había habido una relación seria en el grupo.
-¿Y que haces aquí?
-Quería hablarte del cumpleaños de Kim.
-¿Quiere hacer algo?
Michel negó.
-Para ella no es un cumpleaños sin alcohol y drogas.
-Michel...
-No le voy a dar nada. No te preocupes, tampoco quiero hacerle daño -yo asentí aliviada-. Quería saber si podíamos venir para acá.
-Claro. No tengo problema.
-¿Tu mamá?
-Convéncela.
Michel infló el pecho.
-Puedo hacerlo -se dijo a su misma-. ¿Esta tú hermano?
-Sí... ¿por qué?
-Él ama a Kim... no podrá negarse a ayudarme.
Michel corrió hacia mi puerta y tomó la manilla.
-No vemos en un rato.
Yo dejé que saliera. Michel tenía razón, si se trataba de Kim, mi hermano cedería fácil y cuando se trataba de mi hermano, mi mamá cedería fácil.
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Un Caos Al Internado
Teen FictionHeather es una adolescente millonaria que ama crear problemas y explosiones... y consumir drogas mientras lo hace. Después de ser arrestada por hacer explotar un edificio abandonado, su madre toma la decisión de enviarla a un internado para que no...