Capítulo 10: La invitación de Eiden

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No tenía muy claro porque temblaban mis manos. ¿Era por qué conducía un auto al que no estaba acostumbrada? ¿Por qué temía que la policía me detuviera sin tener los documentos? ¿O por qué mi madrecita me mataría cuando me viera?

-¿Vives por aquí? -preguntó Zafiro-. Es un barrio de clase bastante alta.

-No, por aquí no... aún queda un poco.

Las casas de esa calle no eran nada comparadas con las de mi calle. Como había dicho antes, mi casa tenía más pinta de ser una mansión moderna.

Cuando llegué a la calle donde vivía, noté que los demás miraban las casas como si nunca hubieran visto unas tan geniales en sus vidas.

Me metí en la entrada de autos y saqué el celular de Kim de su chaqueta.

-¿Vives aquí? -preguntó Estela impresionada.

-Sí, aquí sí.

Descargué la aplicación que todos en la familia teníamos para controlar la casa, entre a nuestra cuenta (la cual usaba el reconocimiento facial y clave) y abrí el portón.

-¿Cómo hiciste eso? -preguntó la novia de James.

-Tengo una aplicación -expliqué mientras entraba al patio delantero-. Toda la casa se puede controlar con una aplicación.

Estacioné el auto e intenté ignorar las miradas asombradas de los demás. No me gustaba presumir todos los privilegios que tenía, por lo que no solía llevar gente a mi casa a menos de que necesitáramos un amplio lugar.

Todos bajamos del auto y James, junto al "novio" de Zafiro, tomaron a Kim para llevarla a la entrada de la casa.

Abrí la puerta y entré con mucho cuidado. Debido a que eran las once de la noche, supuse que no había nadie en la sala.

-Debemos llevarla al segundo piso -dije.

-¿A quién? -la voz de mi hermano hizo que me volteara asustada-. Hola, Heather -saludó con una sonrisa cínica.

Yo apreté los labios y luego solté aire.

-Escúchame, Briden... Kim esta...

-¿Kim?

Por alguna razón, mi hermano tenía una debilidad con Kim, solo con ella. Cada vez que la veía o se topaba con ella, dejaba de actuar como lo hacía normalmente, pero Kim no tenía idea porque no conocía al verdadero Briden.

-Se siente mal -puse un tono de preocupación-. Muy mal...

Él se acercó a ella y se la quedó mirando. Kim estaba sudada y pálida, con unas ojeras oscuras debajo de los ojos.

-Apúrate, si despertamos a Brooklyn tendremos un problema.

Mi hermano y yo, guiamos a los demás a mi cuarto y acostamos a Kim en mi cama.

-Voy por una botella de agua -me dijo Briden para luego salir de la habitación.

Era sorpréndete como hacía cosas por Kim que ni siquiera había hecho por mí alguna vez.

Yo fui a mi armario para cambiarme de ropa, pero me di cuenta de que estaba vacío.

«Oh, por Dios... Mamá lo hizo. Donó mi ropa a los niños desafortunados de una vez por todas». Mamá me decía que haría eso cada vez que me metía en problemas, pero yo sabía que era la clase de amenazas que hacían las madres para que sus hijos se comportaran.

-Creo que deberíamos irnos -dijo Zafiro de pronto, sacándome de mis tristes pensamientos.

-Yo los iré a dejar -fui a mi escritorio y saqué mi licencia-. Creo que no tengo ropa aquí así que, Eiden...

Un Caos Al InternadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora