Capítulo 19: Discusiones

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Nunca pensé que mi hermano fuera celoso. Ni siquiera mi padre le había dado tanta importancia a la presencia de Eiden, pero él... parecía que quería echarlo a patadas o hacer que se fuera llorando como un bebé.

—¿Y tú tienes hermanas? —él había conocido a una, no sabía para qué preguntaba eso.

—Sí, la que conociste la otra vez y otras seis.

Brooklyn abrió la boca impactada y yo escupí parte de mi café.

Mi mamá lo miró con una sonrisa.

—Imagino que debe ser difícil vivir entre tantas mujeres.

—Ya me acostumbré. No me imagino lo aburrido que sería no tenerlas.

Mi mamá pareció enternecida. Casi como si ella quisiera ser la madre de Eiden.

—Mis hijos discuten bastante —comenzó mi madre—. A veces pienso que si los dejó solos un día completo terminarán matándose.

Papá rio.

—Eso ya casi pasa una vez.

—No queríamos matarnos —protestó Briden—. Solo fueron accidentes.

Eiden me miró confundido y antes de que pudiera explicarle, mamá comenzó a hablar.

Mamá y papá habían salido del hotel en el que nos estábamos hospedando mientras estábamos en Milán, para ir a comprar unas cosas.

Briden estaba viendo algo en su laptop, mientras Brooklyn estaba en el piso frente a la televisión.

Yo me senté en la cama junto a Briden y él cerró la laptop de golpe.

—¿Era el perfil de Facebook de Kim?

—N-no...

—¿Estabas viendo sus fotos?

—No, ya cállate.

Yo lo miré con una sonrisa traviesa.

—Así que Kim...

—Que te calles —dijo como una orden.

—No me callo.

Briden me empujó de la cama, tirándome al suelo.

—¡Kim y Briden, fueron a pasear...!

Briden estrelló una almohada contra mi cara, interrumpiendo mi canción. Yo tomé la almohada de la cama de al lado y le devolví el golpe.

Vi como Brooklyn se levantaba del piso y se metía al baño, mientras yo y mi hermano seguíamos agarrándonos a almohadazos.

De pronto, Brook llegó con dos vasos con agua, me lanzó el agua de uno en la cara a mí y la del otro a Briden.

—Es agua de inodoro por si se lo preguntaban.

Ambos nos comenzamos a secar con las almohadas, asqueados.

—¡No puedes hacer eso! —Briden le intentó quitar los vasos, pero Brook comenzó a forcejear—. ¡Suéltalo!

—¡Tiene siete, Briden! ¡Tú dieciocho!

—¡Y aun así soy más fuerte! —se burló Brooklyn.

Yo le tiré el pelo a Brooklyn provocando que soltara los vasos y Briden cayera al suelo.

Los tres nos miramos llenos de resentimiento y corrimos rápidamente al baño. Comenzamos a tomar lo que encontrábamos y a tirárnoslo encima.

Todos estábamos llenos de shampoo, bálsamo, jabón, cremas y sales de baño.

Un Caos Al InternadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora