Cuando Brooklyn y yo llegamos a casa, subimos a mi cuarto y encontramos a Briden secando el sudor de la frente de Kim con pañito.
-Adorable -dije, provocando que se sobresaltara.
-S-solo...
-Tranquilo -le entregué las llaves del auto-. Me agrada saber que tienes sentimientos por algo, ya sabes, además del dinero.
Él puso los ojos en blanco.
-No tiene nada de malo tener ambición.
Yo sólo lo ignoré, no quería comenzar una discusión en ese momento.
-Tú tienes que ir a dormir -le dijo Briden a Brooklyn.
-Tienes razón..., pero antes, tenemos que negociar -dijo, sentándose en la silla de mi escritorio y cruzandose de piernas.
Briden la miró confundido y yo le hice una seña con las manos a mi hermana para que no abriera la boca, pero no me hizo caso y habló:
-Heather me tiene que llevar a un lugar, pero mamá la matará cuando sepa que está aquí -explicó.
-Ese no es mi problema.
-Oh, claro que lo es.
Ambos la miramos con preocupación, a esa niña se le ocurrían una cantidad de cosas... al punto que daba miedo.
-Cuando despierte le diré a mamá que tú trajiste a Kim a la casa -le dijo a Briden-. Por supuesto que le diré que hicieron cosas de adultos y que quedé realmente afectada al encontrarlos en el asunto.
-Eres diabólica -dijo Briden.
-Lo sé -admitió satisfecha-. Luego le diré que le entregaste tu auto a Heather, quien llegó drogada, y le dijiste que me sacara a pasear para intentar convencerme de que no dijera nada.
Yo quedé asombrada, ¿se le había ocurrido todo en ese momento o lo había pensado todo el camino de vuelta?
-¿Qué quieres? -preguntó Briden, yendo directo al grano.
-Iremos los tres y dejaremos a Kim en el camino. Todos felices. Tan tan -Brooklyn puso sus manos en su rodilla y dio una sonrisa llena de felicidad.
Briden y yo intercambiamos miradas, luego miramos a Kim y nos dimos cuenta de que no había más solución que complacer a Brooklyn.
[...]
Creí que una hora prudente para aparecer en la casa de Eiden, era después de las once de la mañana; por lo que a la hora que mamá y papá despertaron, Briden y Brooklyn se encargaron de actuar como si nada pasara.
Cuando mis padres fueron al trabajo, cerca de las nueve, pude salir a comer algo.
Briden le llevó el desayuno a la cama a Kim, quien estaba algo desconcertada.
-No recuerdo nada -dijo Kim mientras comía y nosotros la acompañábamos.
-Me vomitaste encima y luego te convertiste en una muñeca de trapo... solo que sudada y mal oliente -le expliqué.
Ella se olio disimuladamente.
-Solo está bromeando -la tranquilizó Briden, con una boba sonrisa en la cara.
-No, no era... -la mirada asesina de mi hermano me hizo callar-. Sí, era broma.
-¿Tienes ropa que me prestes para irme? -me preguntó Kim-. Me siento algo sucia...
-Lo siento, pero mamá vacío mi armario -apunté la sudadera que tenía puesta-. Esto ni siquiera es mío.
-Yo te puedo pasar algo -dijo, tímidamente, Briden.
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Un Caos Al Internado
Teen FictionHeather es una adolescente millonaria que ama crear problemas y explosiones... y consumir drogas mientras lo hace. Después de ser arrestada por hacer explotar un edificio abandonado, su madre toma la decisión de enviarla a un internado para que no...