Los días de escuela en semestre largo, como le llamamos al periodo Agosto- Diciembre. Siempre es el más pesado en México. Porque toman demasiado tiempo de introducción y para entrar en materia el tiempo es reducido. Por tal motivo las tardes y gran parte de la noche de los estudiantes son tomadas por las tareas.
Una noche de Octubre las hermanas Reyes no podían continuar despiertas, los ojos se les cerraban. Eran ya las dos de la madrugada y no podían terminar sus actividades. Desesperadas salieron a tomar té de canela. Al menos a ellas las relajaba y les daba energía a causa de la azúcar con la que lo endulzaban.
Es importante mencionar que su cocina es una especie de vitrina pues en vez de paredes tiene ventanales. Con una excelente vista hacia la ciudad y la colonia vecina.
- Ya es bien tarde y no podemos acabar - Le dijo Monse a Karla.
- Ya falta poco, así podremos mañana descansar - Respondió mientras veía hacía una pendiente frente a ella. Fue en ese momento en que a Monse le llamó la atención la manera tan fija en que Karla clavó su mirada.
- ¿Qué es lo que miras? - Le preguntó.
- A ese par de fulanos. Ya es demasiado tarde como para andar caminando por las calles. Y más por ahí porque nada más hay un foco. - Le respondió con un tono muy serio.
- Tienes razón. Quien sabe quienes sean, mejor apurémonos a cenar. - Dijo Monse nerviosa.
La mirada de Karla más fija se volvió y ni un parpadeo dio. Cuando de pronto exclamó:
- ¡Wey, no vas a creer lo que acabo de ver! - Dijo demasiado exaltada y con la piel erizada.
- ¿Qué? - Respondió Monse presurosa.
- Ves que había dos caminando, pues no se porque me les quedé mirando y conforme iban avanzando y se acercaban a la parte que iluminaba el foco. Sus sombras se unieron y para cuando estuvieron debajo ya no eran dos personas si no dos caballos. - Dijo con voz presurosa y un poco temblorosa.
- ¡No mames!, ¿Es enserio? - Fue lo que Monse asustada le preguntó.
- Sí mira ahí están y están mirando para acá. - Respondió aún más agitada.
Monse levantó su mirada y en efecto parecía que sus miradas se conectaban.
- ¡Vámonos ya! Esto nos pasa por andar de mironas a estas horas. - Le dijo Monse a Karla. Regresaron al interior de su casa y ni sus tareas terminaron. Sus padres no estaban así que durmieron juntas en su cama porque el miedo que las consumía era demasiado. Hasta la fecha cada que cualquiera de ellas que narra la historia se pone nerviosa y la piel se le vuelve a erizar.
No saben si sus ojos les mintieron a causa del cansancio o de verdad lo vieron. Especialmente Karla que vio como esas sombras de humanos se transformaron en las de dos caballos.
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Sustos de Muerte
ParanormalSe narran breves relatos sobre hechos paranormales que, quienes los vivieron hasta la fecha están en duda. No saben si fue real, fue mentira o si simplemente su imaginación les jugó una mala pasada. Estará en ti decidir qué es real y que no.