XXX - "Despierto"

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"Fantasías sobre lo que nunca pasó"

Todo era perfecto, estaba acostado a su lado y veía su rostro en calma mientras aún descansaba por los esfuerzos de la noche anterior.

Era todo su mundo, sentía que lo era. Su cielo era su cabello, sus lomas las curvas de sus caderas, sus playas el nacimiento de sus ojos, sus riscos la punta de sus dedos, sus montañas sus senos, su tierra la piel suave de su cuerpo, sus islas aquellos labios finos y rojos. Todo en ella era su mundo entero y era perfecto.

Frank acarició con una delicadisima suavidad las mejillas de su amada y se quedó admirandola un poco más antes de cambiar de posición y quedarse viendo el techo con una expresión de completa paz en el rostro. Lo tenía todo, era feliz aún cuando podía escuchar a sus hijos discutir por quien decidiria que película ver... ¡Wow! Hijos. ¿Acaso eso no era algo loco?

Castle respiró hondo. —Soy un hombre afortunado.

—¿Mmh? —la mujer a su lado pareció despertar por un momento, pero fue una falsa alarma en la que deslizó su delgado brazo por encima del pecho de su esposo y lo atrapó en un corto abrazo. —Lisa... Es turno de Frankie...

Y sus vientos eran la voz de ella.

Frank creyó que se hundía en su felicidad, felicidad que le parecía agua inundando el cuarto donde ambos descansaban de una manera imposible. Tan perfecta era su vida, tan feliz lo sentía todo ¿Un hombre como él merecía tal felicidad?

—¿Después de todo lo que he hecho?

La discusión de sus hijos quedó apagada por el alboroto de las balas perforando sus tímpanos aún cuando el agua ya había alcanzado el techo de la habitación y su adormecida esposa seguía manteniéndolo cautivo.

—¡Vamos, soldado! —era su voz, eran sus recuerdos de tiempos más oscuros y no tan distante que quedaron dentro de su mente para atormentarlo.

—¡Sigue disparando sin importar qué! —Frank sintió que se ahogaba. —¡Son ellos o tú!

Siempre era así, no había opción. No hay buenos o malos, solo gente con el poder de alzarse por encima de otros y arrebatarles la victoria: Nadie escribe las memorias de un buen perdedor.

¿Vale la pena ganar y regresar a casa?

—Oiga, señor. Ya llegamos —el hombre de Castle fue zarandeado haciéndolo regresar de aquel raro sueño en el que muy seguramente cayó a los pocos minutos de haber recostado su cabeza en el asiento del taxi —Despierte ahora.

—¿Ya llegamos? —el ex-marine miró por la ventana el jardín de su casa. No necesitaba el sí para saberlo.

—Son diez dólares.

Frank pagó lo que debía y sacó dos maletas de la parte trasera del vehículo para así dirigirse a la entrada de su hogar, el peso de aquí sueño desapareció ante la emoción de finalmente (después de tantos sacrificios) estar de vuelta.

Frank no necesitó tocar el timbre, la puerta le fue abierta apenas puso un pie en la entrada. Ahí estaba el amor de su vida.

—Frank. — Matt lo atrapó en un cálido abrazo que no fue para nada corto. Fue perfecto para almas que llevaban años sin reunirse —No sabes cuánto te he extrañado.

Frank no pensó en el suelo que había tenido, no le interesaba lo que no era real y nunca podría serlo. Porque delante de él estaba su verdadero mundo y no el de mentiritas que su subconsciente se había inventado. No necesitaba la monotonía de la familia perfecta si podía recibir un abrazo de Matthew Murdock.

—Ya no tienes porqué extrañarme más, Rojo. —el marine besó a su esposo. Esos labios, sabían a gloria: Él era su cosmos entero y probarlo de nuevo hacía que hasta el último segundo valiera toda la pena. —Estoy en casa.

Notita: Frank siempre vuelve a Matt y eso me lo otorga el canon en bandeja de plata 😎🎉🔥

Fictober [Fratt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora