Capitulo 7: El Amor de Mi Vida

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-4 AÑOS ANTES-

Durante toda su vida, a Ari le habían repetido una y mil veces el famoso dicho "Dios aprieta, pero no ahorca" y aunque él nunca había creído que fuera algo verdadero, en estos momentos lo creía imposible. Nuevamente había sido rechazado de un trabajo que podría hacer perfectamente, pero que su edad, falta de "preparación" y ausencia de referencias confiables le cerraban la puerta.

Mientras se sentaba en la incómoda cama del cuarto que se le había asignado, luchaba contra las ganas de gritar y dejar salir su frustración.

Normalmente un par de rechazos no serían suficientes para que se dejara caer y se rindiera, sin embargo le estaba costando bastante encontrar energías y motivación para seguir luchando.

Su vida era un desastre: no tenía a nadie a quien le importara y su única apuesta para salir adelante era confiar en que su ahora muy famoso amigo de la secundaria con el que ya no había hablado desde hace años se apiadara de él y lo apoyara. No sonaba como un gran plan, pero era lo único que tenía.

-¿Qué te pasa Alberto? –pregunto una molesta voz femenina -. No me digas que te rechazaron de otro trabajo.

Suspirando lentamente, Ari la miró sentarse frente a él, esperando a que contestara.

-¿Cómo es posible que adivines eso, pero no adivines mi nombre?

-Mis poderes de bruja son selectivos con la información que quieren conocer –respondió Regina, siguiéndole el juego. En la semana que Ari y ella llevaban compartiendo cuarto habían aprendido a confiar en el otro, aunque no lo suficiente como para decirle su nombre.

Aristóteles no respondió, tratando de enfocarse otra vez en sufrir por lo miserable que era su vida hasta caer dormido, sin embargo, parecía que Regina aun no dejaba de lado la conversación.

-Oye, no te agobies –trato de animarlo su compañera, tomando asiento junto a él -. Alguien te contratará. Trabajos sobran en esta ciudad. Solo tienes que ser paciente.

-No tengo tiempo para esperar a encontrar el trabajo perfecto. Necesito el dinero ya –respondió Ari, viendo directamente a los ojos cafés de su compañera.

-¿Cuál es la prisa? –preguntó Regina -. Sabes que te puedes quedar aquí por unas cuantas semanas más...no te van a correr...

-No es eso –dijo Ari repasando su horrible y sin sentido plan-. La última fecha del tour de Thiago será en Monterrey y después se irá directamente a Latinoamérica. Necesito dinero para viajar y solo tengo 5 días antes de que pierda cualquier posibilidad de verlo.

Regina asintió un par de veces antes de volver a hablar.

-¿Por qué si eres tan amigo de Thiago no lo llamas por teléfono?

-Vendí mi teléfono para llegar a esta ciudad –dijo Ari, recordando con dolor como Bruno le había prometido que le compraría otro tan pronto pudiera escapar a la ciudad -. Y el número de un famoso no es tan fácil de conseguir

Nuevamente ambos se quedaron en silencio, ambos asimilando a su manera las pocas posibilidades que Ari tenía de salir triunfante.

-Pues... No sé qué decir Alberto... Si tuviera la posibilidad yo te daría el dinero, pero apenas estoy juntando lo suficiente para mi departamento... -contestó Regina, su piel morena pintándose de rojo por la vergüenza. Antes de que Ari le dijera que no era su obligación darle dinero, Regina volvió a hablar -. En ocasiones quisiera saber como se sentiría la vida de los ricos ¿Te imaginas ser igual de afortunado que Temo López y vivir sin ninguna preocupación?

-Pensé que lo admiraban todos –respondió Ari, confundido por el comentario.

-Oh, claro que lo admiramos –aseguró Regina -. Pero es innegable que su vida no es tan difícil como la nuestra. Nosotros tuvimos padres homofóbicos y él tiene padres que lo aman. Nosotros fuimos echados de la casa y él junto con su familia tienen propiedades por todo México. Nosotros fuimos usados por personas que confiamos y él está a punto de casarse con el hombre que lo ama... No es por comparar, pero definitivamente Dios tiene a sus favoritos.

Sweet Temptation[Aristemo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora