¿Qué piensas hacer?

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Punto de vista de Camus

Han pasado varios días

Regresaba de una misión que nos había encomendado Athena, Milo y Shura habían ido conmigo...

– ¿Qué les parece si paramos en Rodorio a comer? –comento Shura-

– Si tengo mucha hambre –dijo Milo- Vienes Camus

Asentí, no tenía mucha hambre, pero no me emocionaba regresar a mi templo, seguí a los muchachos hasta un pequeño lugar de comida Italiana, nos sentamos, Milo y Shura discutían sobre la dicotomía del cielo y el infierno, pero verdaderamente no les di la importancia, no tenia ánimos de absolutamente nada, salí de mis pensamientos cuando Shura sacudió mi hombro

– Camus... ¿Estás bien? Te he estado hablando y no respondes

– Lo siento Shura no te escuche ¿Qué decías?

– Oye –Milo con cara de preocupación- tienes que descansar y hablo en serio

– Estoy bien Milo, no te preocupes

– No mientas, no ha nosotros te conocemos, desde aquel día no has estado bien y es comprensible

– Milo tiene razón, no has descansado, tomas misiones como si de eso dependiera algo

– Bien –solté- no quiero estar aquí cada maldito lugar me recuerda su ausencia, no soporto estar en mi templo, llevo días que no duermo... cada misión que está disponible la tomo para no pensar, es mi escape de la realidad –froto con mis manos mi cara-

– ¿Por qué no nos dijiste? –pregunto Shura-

– Qué les diría, que para mí esto me está volviendo loco, que antes podía controlar mis emociones y que ahora no sé ni cómo me siento, que me culpo por no poder olvidar el pasado y que en ocasiones exploto en llanto por lo mismo y que ahora soy como la gente común que no puede cortar el pasado de su mente... la extraño –lo dije en un susurro casi imperceptible-

– ¡Tranquilo! –Milo coloca su mano en mi espalda- está bien llorar y que la extrañes y no tienes porque olvidar, es bueno que saques todo eso, paso hace poco, no puedes cortar algo de un día para otro

– Lo sé, pero para mí esto es nuevo, estas emociones, siempre las tuve controladas, pero desde que ella llego a mi vida... he ido aceptando, cuando supe que estaba enamorado y me estaba acostumbrando a que fuera parte de mi vida y ahora ya no está –suelta unas lagrimas-

– Quédate en mi templo el tiempo que necesites –comento Milo-

– O en el mío, el de Milo puede ser muy sucio

– Gracias –solté una risa-

– Por cierto y Rodric ¿Cómo está? –pregunto Shura-

– Peor que yo, de hecho tengo que ir a verlo

– Creí que se estaba quedando en tu casa

– Al principio sí, pero después se fue a donde vivía Artemisa

– Pobre chico, si deberías de ir a verlo, puede también quedarse en mi casa –dijo Milo

Terminando de comer, estaba oscureciendo me dirigí a la casa de Artemisa, la luz estaba prendida así que supuse que Rodric estaba ahí, toque, pero nadie me abrió, decidí entrar inspeccione la casa y se encontraba vacía, la preocupación me invadió, ¿Dónde estaba Rodric? Salí de la casa y camine por los alrededores, pero no veía señal del muchacho... comencé a gritar su nombre, pero sin resultado, me detuve concentrándome e identificar su cosmo, unos segundos después –te encontré- corrí hasta el lugar y lo vi ahí sentado mirando a la nada, me acerque con cuidado para no asustarlo y en voz baja -¿Qué haces aquí? Giro y me sonrió

Caballeros del Zodiaco: Amor en el UniversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora