El camino a casa de mis padres se hizo en silencio . Podia decir que Anthony estaba nervioso, el golpeteo de los pulgares en el timón. La respiración demasiado controlada. La mano deslizandose por el pelo una y otra vez. Queria reir por esto y casi lo hago si no fuera por el hecho de que yo también estaba un poco nerviosa. Cuando llegamos a la puerta de la casa de mis padres nos tomamos unos segundos para tranquilizarlos. Nuestras manos se unieron instintivamente . Toqué la puerta y un inuto después mi madre abre.
—Mi vida—me saluda dandome un abrazo—Es bueno verte otra vez.
Después de soltarme miró a Anthony y la desaprobación cubrió su cara, ni siquiera se molestó en disimularlo. Supuse que eran los piercing, a mi madre no le agradaban esas cosas.
—Mamá estes es Anthony, mi novio—puse énfasis en la palabra novio.
Ella no dijo nada, Anthony no dijo nada, solo se miraron hasta que mi madre se quito del camino y nos dejó entrar, apreté la mano de Anthony. Cuando me miró le señalé donde tenia los aretes. Mi papá estaba en la sala de estar viendo un partido de beisbol, los presenté y de inmediato se pusieron a hablar de pelota , mamá se fue a la cocina pero yo no la seguí, no estaba para un interrogatorio por parte de ella. Papá y Anthony parecian llevarse bien, a mi padre no le importaba que Anthony tuviera piercing o tatuajes y mientras nos sentabamos a cenar no pararon de hablar. Mi madre y yo nos mantenimos al margen, yo disfrutando de la tranquilidad y mi mamá mira a Tony con desprecio y no me gusta. Nos tensamos una vez que mi mamá preguntó como nos conocimos. Decidí responder yo.
—La primera vez que vi a Anthony fue en un club—respondí—y no lo ví más hasta una semana después en una pelea.
—No sabia que te gustaran las peleas o los aretes en las cejas y eso.
—No me gustan las peleas, pero es lo que hace Anthony y siempre me han gustado los piercing o tatuajes.
—¿No se verá mal que una maestra tenga...un novio tatuado y con esas cosas en la cara
—No mamá, no tiene nada que ver una cosa con otra. Anthony se removió incómodo. Mi madre estuvo en silencio por unos segundos y casi lo preferí
—¿Has visto a Roman? Sigue tan guapo como siempre. Lo invité para cenar la semana que viene, espero que vengas.
Que vengas, no que vengan, mi madre se estaba pasando y ya no estaba tan cómoda con esta comida. Sabia que estaba provocando a Anthony. Lo miré de reojo y había dejado de comer el flan y tenia la vista baja.
—No mamá, terminamos ¿recuerdas?— Mi madre suspiró.
—Es una lástima, es tan buen muchacho para ti, tan trabajador y tranquilo...
Miré a Anthony, estaba a punto de ponerse en pie pero puse mi mano en su muslo para detenerlo. Mi mamá iba a volver a hablar pero la corté dando un golpe en la mesa que la hizo saltar.
—¿Aun no les he contado el porque no estamos juntos?—No esperé una respuesta—Déjame contarte entonces una una dulce y corta historia—alejé el plato y entrelacé los dedos y apoyé las manos en la mesa.—Cierto día llegué del trabajo para encontrar a mi novio, en mi casa y en mi cama follando con otra mujer. Así que creo que no sea tan bueno para mi como tú dices—me giré para ver a Anthony—¿puedes esperarme un segundo en el carro?
—Seguro—se levantó y caminó hasta el arco de la entrada de la cocina—un placer conocerlos.
Luego se fue. Estaba enojada con Anthony pero seguro que no iba a consentir que mi madre lo tratara asi. No se que estaba pasando con ella, nunca fue desagradable con nadie
—¿Qué demonios mamá?¿Porqué dijiste eso?
—No dije nada malo.
—Por supuesto que si. Dejaste claro que no era tan perfecto para mi como Roman, justo en su cara. ¿Porqué? ¿Por sus perforaciones? ¿Por como se gana la vida? Deberias ver como me trata y no como luce. No vengo a esa estúpida comida con Roman, ya no es mi novio y si Anthony no puede venir y sentirse a gusto en esta casa, entonces yo tampoco lo haré.
—Arnold ¿vas a dejar que me hable así?
—¿Y que quieres que haga? Te lo buscaste, el muchacho quiere a nuestra hija solo hay que ver como la mira—Me miró a los ojos antes de levantarse —Dile a Anthony que es más que bienvenido a esta casa. Yo tambien me levanté y abracé a mi papá y sin dirigirle una palabra a mi madre salí de la casa.
—¿Eres feliz conmigo?
Estaba quitandome la ropa cuando Anthony me hizo esa pregunta.
—Claro que soy feliz contigo.—llegué hasta él y me puse a sus altura. Él estaba sentado en la esquina de la cama con los codos apoyados en las rodillas y mirando al suelo.
—Ultimamente hemos discutido mucho.
—Ya sabes porque lo hacemos, pero eso no significa que no sea feliz contigo.
—Sé que quieres que te diga pero...
Me puse de pie sin esperar a que terminara y me alejé.
—Si Anthony quiero que me digas y no logro adivinar que es lo que te lleva de vuelta a Detroit que no me dices.
Él no respondió. Negando con la cabeza me encerré en el baño cerrando de un portazo. Me cambié a mi ropa de correr.
—¿Vas a correr?—me preguntó cuando me vió.—Está oscuro y es tarde.
—La verdad no me importa. Necesito salir a correr para que no te veas obligado a darme respuestas vagas.
—No te vayas, vamos a hablar.
—No quiero hablar ahora Anthony.
Anthony no dijo nada más, pasé a su lado y cogí mi celular y salí a correr.
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