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Camilo estaba cansado de la inmadurez de Mateo. Nunca lo había visto así.

—Es que esa chica no es para mi. —Dijo Mateo y Camilo rodó los ojos.

—¿Cuándo te preocupás vos por eso? —Cuestionó su amigo. —No seás romántico.

—Pero quién te entiende a vos. —Dijo Mateo frunciendo el ceño.—Si las trato bien te parece mal, y si las trato mal también.

—Comerse a una chica no está mal, solo sacate las ganas. —Dijo Camilo y Mateo negó.

Casi soltó un chillido de frustración.

—Es que no puedo evitar dejarlo trascender, no puedo pensar simplemente en coger con ella y ya, amigo. —Se sinceró Mateo.

Camilo alzó ambas cejas.

—Engancharse no es malo. —Dijo éste.

—Para mí si. —Dijo Mateo alzando sus hombros, logrando que su amigo rodara los ojos.

—Tu ley de mierda. —Dijo Camilo.

—Mi ley de mierda te podrá salvar.

Mateo en realidad solo se había enamorado dos veces en su vida. Una fue en primaria, y la otra fue en secundaria.

Bueno, en primaria tenemos un amor de niños que aceptamos que fue una completamente inmadurez, de lo cual Mateo no tiene más que buenos y estúpidos momentos para recordar riendo, lo contrario a su otro enamoramiento, que lo decepcionó lo suficiente como para querer volver a enamorarse.

No es que tuviera el corazón roto o un trauma, simplemente le aburrió.

—No lo sé, lo voy a pensar. —Dijo Mateo suspirando mientras veía como habían llegado por fin a la casa de su amigo.

Camilo sacó las llaves y abrió la puerta con una sonrisa.

—Te lo dejaré así de fácil. —Dijo Camilo. —Hasta que no la traigás a casa, no entrás.

Mateo alzó ambas cejas y quedó sorprendido al ver que su amigo le cerró la puerta en la cara.






Buenaa kmi ah jajaja

Lies & Laws ; TRUENO [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora