La vida de escuela de Gajeel

Pareja dispareja

La besé. La besé. Sí, la besé.
Cerré los ojos a todas esas sensaciones que sentía.
La besé con todo el cariño y la atracción que sentía hacia ella, con la lujuria de todos los sueños que tenía, con toda esa pasión que se acumula en mi entrepierna y con todo el dolor de imaginármela con Jet, el "fascinante" o con quien sea.

Deseaba tanto a Levy, mi Enana. Sentía que debía protegerla, cuidarla, servirle si ella así lo quería. Quería sentir cada rincón de su cuerpo, ser el primero en llevarla al orgasmo y si no era el primero, hacerla olvidar al otro u otros a fuerza de besos, caricias y embestidas.

Me separé de ella y los dos tomamos aire. No deje que ella dijera algo, así que la volví a besar, pero más rudo esta vez. Mordí su labio inferior y ella, soltando un gemido, abrió su boca lo suficiente como para que pudiera meter mi lengua y hacer bailar su lengua con la mía.

Fue ahí cuando sentí suceder el milagro.

Levy empezó a responderme. Mi Levy me sujetó de la camisa, me jaló hacia ella y me devolvió el beso con tanto amor que sentí que podía llorar ahí mismo.

Aún con los ojos cerrados podía sentir a Levy sonreír, casi reírse en mis labios. Bajé mis manos a sus piernas. Ella se sorprendió a mi tacto, pero lo único que hice fue alzarla para que quedara a mi altura. Entonces lo que ella hizo fue entrelazar sus piernas al rededor de mi cintura.

Nos separamos nuevamente. Su cara estaba sonrojada, pero brillaba de la sonrisa que ella tenía, era hermoso verla, que le empecé a llenar de besos en las mejillas, la frente, la nariz y el cuello. Todo sin dejar de sujetarla.

¿Qué me has hecho, Enana? Con otra chica sería rudo, exigente, abusivo, sería bien hijo de puta. Pero contigo, mi Enana, solo puedo ser cariñoso. Solo y únicamente contigo.

-Gajeel- dijo ella mientras le mordía el lóbulo de la oreja- ¿Qué fue todo eso?
No sabía a que se refería, la miré, y entendí al ver sus ojos confusos. Lo que ella quería era una explicación. Si fue un arrebato, si la quiero, debo ser claro.

-Lo siento, Levy. No sabía cómo decírtelo, soy malo para estas cosas- respiré hondo y agaché la mirada- me gustas, Levy McGarden, y mucho.

Tierra, ábrete y trágame. Ahora todo estaba dicho, ahora viene la parte en la que me rechaza. No hay forma, no sobre el tonto de Jet, los golpes que le di por orden de José y por el estúpido "fascinante".

-Tú también me gustas, Gajeel, y mucho-contestó.

Levanté el rostro y vi su sonrisa, su pequeña mano tocaba mi rostro y me miraba con dulzura.

-Re- repítelo- le pedí porque aun no me lo creía. Ella soltó una risita.
-Me gustas mucho, Gajeel, mucho, mucho- se acercó a mí y me dio un beso corto y suave. Yo por mi lado estaba eufórico. La abracé con fuerza y empecé a dar vueltas con ella, sintiendo su aroma a libros...y lirios.
- Sé mi novia, Levy. Sé mi novia, por favor. Hay miles de razones por las que no te merezco, pero sé mi novia.

Ella me acariciaba el cabello. Era una sensación deliciosa y hasta erótica.
- No me importa, Gajeel. Yo quiero ser tu novia, eso es lo que quiero.

Nosotros nos quedamos ahí, durante el ciclón. Recostados en las colchonetas. ¡Tenía novia! ¡Y era Levy! Es mi novia y...

Un momento...

-Enana, ¿quién es tu chico "fascinante"?
Ella se tapó la cara con la mano y luego me miró.
- Es Jellal, Gajeel, pero por favor, no le digas a Erza- me dijo.
-¿Es en serio?- pregunté con temor.
-¡Claro que no, tonto! ¡Eres tú!- dijo- Bien te dije, también, que era un poquito idiota.
Me tomó un rato hacer conexión de neuronas, luego sonreí.
-Eso quiere de cir, Enana, que te parezco fascinante..., Giji- dije con mi clásica sonrisa.
-Y un poquito idiota, Gajeel, no te olvides de eso.

Le hice cosquillas en venganza por eso.

Después de un rato, después de muchos besos, charlas y abrazos, el ciclón se detuvo y acompañé a MI novia a su casa, luego me fui a mi casa a darle la gran noticia a alguien.

¡LILY!