─ᴛᴇsᴛɪɢᴏs

5.1K 433 21
                                    


—¿Sam? —preguntó Edward en voz monótona—. ¿Qué pasa aquí?

El líder de la otra manada apareció entre los árboles a unos cientos de metros, caminando con celeridad hacia nosotros en forma humana, flanqueado por dos grandes lobos, Paul y Jared. Sam tardó un poco en llegar hasta nosotros, y su ritmo humano me impacientó. Hacía tiempo que me había acostumbrado a la velocidad de los vampiros. No quería tiempo para pensar en lo que estaba pasando. Deseaba estar en movimiento, haciendo algo. Observé cómo el rostro de Edward se ponía blanco cuando leyó lo que Sam estaba pensando. Él le ignoró, mirando directamente a Carlisle cuando se detuvo y comenzó a hablar.

—Justo después de medianoche, Alice y Jasper vinieron hasta este lugar y pidieron permiso para cruzar nuestras tierras hasta el océano. Les concedí el permiso y los escolté hasta la costa yo mismo. Entonces se metieron en el agua y no han regresado. Mientras viajábamos, Alice me dijo que era de la mayor importancia que no le contara nada a Jacob de que les había visto hasta que hablara contigo. Yo debía esperar aquí a que vinieras a buscarla y entonces tenía que darte esta nota. Me dijo que la obedeciera como si todas nuestras vidas dependieran de ello.

El rostro de Sam mostraba una expresión sombría cuando le tendió un papel doblado e impreso entero con un pequeño texto en negro. Era una página arrancada de un libro.

—Alice ha decidido dejarnos —susurró Carlisle.

—¿Qué? —chilló Rosalie.

Carlisle le dio la vuelta a la página de modo que todos pudiéramos leerla.

No traten de encontrarnos, no hay tiempo que perder. Recuerden: Tanya, Siobkan, Amun, Alistair y todos los nómadas que puedan hallar. Nosotros buscaremos a Peter y Charlotte, de camino. Sentimos muchísimo dejarlos de esta manera, sin despedida ni explicaciones, pero es el único modo de hacerlo.

Los queremos.

Hubo un silencio. Edward fue el primero en moverse otra vez, contestando a lo que había oído en la mente de Sam.

—Sí, las cosas están así de peligrosas.

—¿Tanto que tengas que abandonar a tu familia? —preguntó Sam en voz alta, con la censura implícita en el tono.

Estaba claro que no había leído la nota antes de dársela a Carlisle. Se mostraba enfadado, parecía arrepentido de haberle hecho caso a Alice. La expresión de Edward era envarada... y lo más probable es que a Sam le pareciera airada o arrogante.

—No sabemos qué fue lo que vio —replicó Edward—. Alice no es insensible ni cobarde. Simplemente dispone de más información que nosotros.

—Nosotros no... —comenzó Sam.

—La relación que mantienen entre ustedes es distinta a la nuestra —le interrumpió Edward con brusquedad—. Nosotros mantenemos libre nuestra voluntad.

Sam alzó la barbilla y sus ojos se volvieron de pronto de un intenso color negro.

—También ustedes deberían hacer caso del aviso —continuó Edward—. Esto no es algo en lo que nos gustará verlos implicados, tampoco pueden evitar lo que haya visto Alice.

Sam sonrió forzadamente.

—Nosotros no somos de los que huyen.

Detrás de él, Paul resopló.

—No dejes que masacren a tu familia por orgullo —intervino Carlisle en voz baja.

Sam miró a Carlisle con una expresión más suave.

𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐇𝐄𝐑³ | jacob blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora