─ᴘᴇʀsᴏɴᴀ ɴᴏɴ ɢʀᴀᴛᴀ

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Estaba a punto de quedarme dormido.

El bosque había pasado del negro al gris, ya que haría cosa de una hora que el sol había asomado entre el velo de las nubes. Seth se había hecho una bola y se había quedado frito a eso de la una. Yo le desperté al alba para hacer el relevo, cuando escuché que Emmett se había llevado a Millicent a su casa.

Y entonces, cuando me hallaba semidormido, un penetrante aullido de Seth rompió la quietud de los primeros momentos del amanecer.

Me levanté con paso inseguro, pues intenté empezar un esprint con las patas delanteras antes de haber afianzado las traseras. Corrí hacia el lugar donde Seth se había quedado helado al oír las pisadas de zarpas. Alguien acudía corriendo hacia nosotros.

Muy buenos días, chicos.

Seth soltó entre dientes un gemido de sorpresa.

¡Ay, Dios! ¡Lárgate, Leah!, gimió Seth.

Leah apareció al trote tras eludir los densos matorrales del sotobosque gracias a su menudo cuerpo gris.

Hala, deja de lloriquear, Seth. No seas tan crío.

Le solté un gruñido y pegué las orejas a la cabeza. Ella retrocedió un paso de inmediato.

¿Qué crees que estás haciendo, Leah?

La loba resopló con mala leche.

Me parece bastante obvio, ¿no? Me uno a esta manada de mierda, al grupo de los renegados, al de los chuchos guardianes de los vampiros.

Profirió por lo bajinis una risa sarcástica.

Ni de coña. Ya te estás largando por donde has venido antes de que te desjarrete un tendón.

Como si pudieras alcanzarme, replicó la loba; me dedicó una ancha sonrisa. ¿Hacemos una carrera, oh, audaz líder?

Respiré hondo hasta llenar los pulmones tanto que se me marcaron los costados hinchados. Luego, una vez que estuve seguro de que no iba a ponerme a gritar, solté todo el aire de un soplo.

Seth, ve a tranquilizar a los Cullen, diles que sólo es la tonta de tu hermana. Lancé esa idea con la mayor hostilidad posible. Yo me haré cargo de esto.

El chaval estaba feliz de poderse quitar de en medio. Se desvaneció en dirección a la casa.

Leah resolló y se inclinó hacia él con la pelambrera del lomo erizada.

¿Le vas a dejar ir solo al encuentro de los vampiros?

El pobre preferiría que ellos le echaran el guante antes que pasar otro minuto contigo, estoy seguro.

Cierra esa bocaza, Jacob. Upa, lo siento, quería decir: cierra esa bocaza, oh, el más poderoso de los machos Alfa.

¿A qué diablos has venido?

¿Te crees que voy a quedarme sentada en casa mientras mi hermanito se ofrece voluntario para ser un juguete de masticar para vampiros?

Seth no desea ni necesita tu protección. De hecho, nadie te quiere aquí.

Ay, ay, qué disgusto tan grande, nunca voy a olvidarlo. ¡Ja!, estalló. Dime una sola persona que me quiera cerca y me iré.

Millicent.

Leah dio una fuerte pisada al suelo. Era obvio que igualmente no iba a irse.

¿Te ha enviado Sam?

𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐇𝐄𝐑³ | jacob blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora