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Un sol grisáceo aterrizó en sus ojos cafés, haciendo que el pelirosa frunciera el ceño por la molestia que le causaba, mirando a su alrededor y deteniendo su vista en aquél chico pálido y rubio, adormilado y sumergido en sus sueños, sus párpados caídos cansados lo hacían ver tan lindo y perfecto.

Taehyung se quedó mirándolo con una sonrisa, y cómo si un rallo de luz fuera, todos los recuerdos del día anterior llenaron su mente, su madre moribunda, las pastillas en la cama, sus lagrimas, los médicos entrando a su casa con rapidez, sus manos temblorosas.

Sus ojos se aguaron de inmediato, trato de contenerse y despacio se levantó de la cama, cambiándose con lo primero que encontró tirado y se lo puso.

Soñoliento; se dirigió al baño para lavar su cara y cepillar sus dientes. En el espejo se vio el reflejo de la habitación de su madre, la cama desordenada y vacía. Un vacío sintió Taehyung en su pecho, faltaba su presencia, no verla en su cama tecleando su computadora. Era doloroso, estaba solo, ya nadie quedaba en su familia...¿qué haría?

¿En sus cumpleaños, en los cumpleaños de sus padres, en las fechas festivas? Estaría solo, sin nadie. Por qué ni siquiera tenía abuelos los cuales podían cuidarlo, sus tíos lo llamaban de vez en cuando pero no quería verlos, su relación con ellos no era ni siquiera cercana. Al único que tenía era a Yoongi y Jimin.

Bajó las escaleras y se dirigió a la cocina, preparando una taza de té caliente, capaz podría levantar un poco su ánimo.

Todavía no había tenido noticias sobre su madre, estaba preocupado. Sabia que su madre no iba a sobrevivir, no era posible, apenas cerró sus ojos dejó de respirar y en todas estas horas era demasiado tarde para que pudiera revivir. Así que si se lo confirmarían, se lo había esperado de todos modos.

Se sentía peor por eso, era su hijo, y probablemente el tenía la culpa de todo. Desde la muerte de su padre, que tuvo que irse por falta de plata, hasta ahora la muerte de su madre, donde se auto-mató en frente de él, aparte de decirle antes que el no tenía la culpa de nada y que no lo merecía. Pero ellos también habían sido tan egoístas, ambos pensaron en ellos mismos y ni siquiera les importó el dolor que llevaría su hijo en adelante, que seguro sería peor de lo que ellos sentían en ese momento.

El rosita enojado golpeó la mesada de la cocina, tensando su mandíbula mientras sus lagrimas salían. ¿Qué había hecho para que esto sucediera?¿nacer? Ni siquiera había pedido por lo menos un poco de su atención, desde que dejaron de hacerlo no insistió para que vayan por lo menos a uno de sus actos escolares. ¿Y aún así se mataban? Habían sido unos putos egoístas, y aunque en gran parte fuera según el rosita, su propia culpa. Sus padres también la tenían, no se preocuparon ni un poco de su hijo.

Taehyung no quería tener cierto enojo con ellos, más estando muertos. Quería excusar lo que hicieron con un "tenían depresión y no se trataron como debían...no puedo culparlos" pero aquello no era cierto de todas formas. Podrían a ver pagado sus medicamentos y tratamientos con el buen estado económico que tenían pero aún así decidieron rendirse, sin ni siquiera pensar en él.

El teléfono de la casa sonó, el pelirosa con rapidez se acercó y atendió la llamada.

¿Hola, con Kim Taehyung?— se escuchó una voz femenina del otro lado se la línea.

—Sí soy yo, Taehyung..¿Con quien hablo?—preguntó, sabía con quien hablaba a la perfección, aquella voz la reconocía.

Pequeño, soy yo, Seulgi...

—Ya me lo imaginaba— respondió y rió con nostalgia.—¿Qué paso?

—Tu madre.. ella, no pudo continuar en este mundo Tae. Lo lamento mucho pequeño, está enterrada ya, en el cementerio donde ella pidió que la enterraran. Ya está firmado todo...si querés visitarla, probablemente en la entrada te digan el ataúd. — explicó Seulgi, tratando de ser lo más comprensiva y amable posible, la situación no era sencilla.

Tu eres la excepción ⸙ YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora