Capitulo 2 "Adiós a mis recuerdos"

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Mackenzie

Desperté postrada en una cama. Todo el cuerpo me dolía, sentía un ligero ardor en mi estómago. Trate de levantarme pero no lo logré. La cabeza me dolía mucho. Trataba de recordar todo lo que había sucedido y como había llagado hasta esta cama. Pero no podía, en vez de recuerdos, solo obtengo más jaquecas.
Tengo una pijama color gris, levanto la cabeza, soy la única que está en esta habitación. La luz era deslumbrante. Supongo que estoy en una clase de hospital.
Entra un hombre. Era rubio, algo regordete y se estaba quedando calvo.
Me asusto, no sabía que hacia aquí y mucho menos quien era. La luces comienzan a parpadear y unas que otras chispas blanquizcas danzan en mis manos.
- Hija mía, es un gusto que ya estés despierta, tus hermanos mueren de ganas por verte- comenta el hombre, acercándose amigablemente a mi.
- Alejese, no se quién es usted.- señaló con las chispas apunto de salir de mis manos para atacar al hombre.
- ¿En serio no sabes quién soy?
- No, ¿Acaso debería hacerlo?- contesto con las chispas a punto de salir de mi. No sabía que era lo que estaba haciendo, pero por ahora tenía otras cosas más importantes, un desconocido está tratando de hacerme daño.
- Yo soy tu padre. Se que ahora no recuerdas nada, pero te explicaré.
Las chispas se evaporan y yo me tranquilizó.
Regreso a la cama y el hombre se acerca a mi.
- Mi nombre es matt, hace años que te estoy buscando, pero un malvado hombre te había secuestrado y tu madre y yo quedamos devastados. Preso de la desesperación, decidi crear niños como tú, para salvarte de ese hombre, no tenía idea de dónde estabas,hasta que ví que ese hombre te estaba explorando por tus habilidades, así que peleaste contra mi y tus hermanos porque el te lo ordeno.- lo dice el hombre, al borde del llanto.
- ¿Cuál es mi nombre?- le pregunto, ya que ni yo misma lo recordaba.
- jamás tuviste un nombre. Te llamaré Susan, como tu madre ¿Te gusta?- pregunta esbozando una sonrisa.
- ¿Dónde está mamá?- agrego, me sentí preocupada por ella.
- será tema de otro momento, no quiero hacerte sentir mal, recién que acabas de despertar.- agrega Matt tendiendome una mano para levantarme de la cama.
Yo la tomo, y camino junto con el hacia las escaleras de una casa. Tenía columnas de mármol y pinturas muy bellas en los muros. Nos acercamos a las escaleras y bajamos escalón por escalón. Al llegar a la planta baja estan 2 chicos. Uno de ellos tenía el cabello pelirrojo y ojos verdes, mientras que el otro chico, tenía cabellera rubia y ojos azules. Ambos se acercan a mi. Pero hay algo que no me cuadra, sus movimientos son un tanto raros, como si fuesen robots.
- Ellos son tus hermanos Angus y Peter- me comenta señalando los dos jóvenes. Al parecer Angus es el pelirrojo y el rubio Peter.
Esbozo una ligera sonrisa y ellos igual. Sigo pensando que son raros. Después de ese incómodo encuentro, ellos se retiran a una habitación con puertas de metal. Quería preguntarle a Matt sobre ellos. Pero por ahora no me interesaba.
El y yo seguimos caminado, cruzamos por una puerta y el desayuno estaba servido. Eran dos rebanadas de pan tostado con un poco de mermelada, fruta en un pequeño tazón, leche y jugo de naranja. Devore todo al instante, tenía demasiada hambre.

Después de eso el hombre me llevo a la puerta de metal dónde habían entrado mis hermanos.
-aqui entrenaras después de cada comida ¿Entendido?- me pregunta el hombre tomandome por el hombro.
- ¿por que hace falta este entrenamiento? - le cuestionó.
- Porque salvaremos al mundo de ese hombre y sus pequeños mounstros- agrega alejándose poco a poco.

Meses y meses de arduo entrenamiento habían Sido agotadores, jamás hablaba con mis hermanos, apesar de estar acompañada no podía evitar sentirme vacía. Había algo que ese hombre me estaba ocultado, pero cada que trataba de adentrarme en momentos del pasado, solo me dolía la cabeza... Todas la noches antes de dormir, miraba la luna, y en mi memoria vagaban uno que otro recuerdo, pero nada que me ayudase a recordar más allá...

Esa peculiar mañana cuando desperté y pensé que nada pasaría, estaba muy equivocada, eran las 7 a.m. cuando Matt apareció con una caja entre brazos. Me la extendio. Era una traje de cuero color guinda.
- Cambiate Niña. tenemos algo que hacer. Una misión que atender - me aclaro el hombre saliendo de mi habitación, permitiendo que me cambiara. Me metí el traje y me quedaba muy bien. Era ajustado, y tenía tres estrellas a la altura del pecho, además que en cada manga tenía un dibujo peculiar. En mi manga derecha habia un dibujo sencillo de un rayo bordado con hilo negro. Mientras que en el lado izquierdo había una araña encerrada en un círculo. Al aver este logo, no pude evitar tratar de indagar en mis recuerdos. Pero solo objuve una jaqueca matutina. Al revisar dentro de la caja, había un pequeño antifaz del mismo color del traje. Me lo puse e inmediatamente recorde, ya había tenido una experiencia similar, pero ya no pude recordar nada más.
Camino a la puerta estaban mis hermanos, cada uno tenia el mismo traje. Solo que con menos estrellas.
Nos encaminamos a la misión , al parecer había algo que debíamos detener.
Matt nos había explicado el plan, no debíamos fallar...

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