Soy El Relámpago

Capitulo 11 "Sin salida"

Mackenzie
¿Que sucede cuando tratas de tapar el sol con un dedo? Todo termina por volverse tedioso, y cada vez en más difícil. Cuando esté se oculta, yo hay nada más pon indagar. ¿Que pasa cuando esté sale? Ya no hay más que se pueda ocultar, todo sale al final.

Matt estaba molesto, su misión había salido bien, pero no como el quería. Ahora había una alianza de por medio. Y cada vez estaba más cerca de la verdad. Esa tarde cuando llegue de la misión, se me hizo bastante raro no encontrarlo.

Petter y Angus no me hablaron, y supuse que era porque estaban molestos.

Me quite el traje, me duche y me aliste, está noche iría a ver a mis hermanos.
No me interesó, baje por las escaleras, saldría por la entrada principal.
Uno de mis hermanos estaba en el salón principal. Cerró los ojos y trate de leer su mente. Me lleve la sorpresa de que no habia nada.
Extrañada salí de la casa.

Llegué, y entre de la misma forma, me eleve por los aires y descendí en la terraza. Los chicos ya me esperaban.
- Hoy fue un día genial, no puedo creer qua está misión haya salido bien. - dijo klaus al verme llegar.
- ¿Cómo te sientes? - me preguntó 5. Al parecer mi hermano me había dejado marcas en el cuello.
- Bien, sanarán en un rato. - supongo que así seria. - ¿Por qué me atacó?
- Hay algo que debemos decirte - dijo Ben - pero antes, quiero darte algo.
Luther se acercó a mi con algo en las manos, estaba cubierto en una funda color rojo de cuero. Me la dió, y al sacarla vino algo a mi memoria, ya había peleado antes con ella. Era mi espada.
- hicimos lo posible por regresarla a su forma original.- Estaba derecha, pero tenía uno que otro chipote.
- muchas gracias chicos. - lo dije recorriendo cada uno de sus detalles. Tenía la sombrilla encerrada en un círculo grabada en el mango- Matt me dijo que yo fui secuestrada por Reginald y que el asesino a mi madre.
- eso es justo de lo que queríamos hablarte. Pero no sé por dónde comenzar.

Cada parte el relato llegó a mi como un balde de agua fría, mi padre había muerto, al igual que mi madre y todo había Sido culpa de Matt o mejor dicho the Goliat.
Estaba llorando, y cada uno de los chicos se acercó a mi para abrazarme.
En eso alguien venía subiendo por las escaleras.
Diego corrió lo más rápido que pudo para distraer a quien fuera que subiera.
Era Vanya.
- Padre dice que bajen a cenar. ¿Que hacen aquí? ¿Es Mack? Ella no puede estar aquí. Le diré a papá. - dijo antes de que Diego le cerrara la puerta en la cara.
- tienes que irte, padre no dejará que te quedes aqui.

Tome la espada. Y salí volando de la academia.
Descendí a media calle y corrí hacia la mansión. Ese hombre había estado jugando conmigo y yo no lo iba a permitir más.

Legue a la mansión. Entre por la puerta principal.
- ¿Dónde estabas?- pregunto una voz desde las sombras del salón principal.
- En ningún lado.- conteste encendiendo la luz con mis poderes. Era matt, se encontraba enojado. Al revisarlo me percate de algo, tenía una venda en el brazo que estaba enlazada con su cuello.
- ¿Dormiste mal? ¿O tu robo no salió como querías?
- ¿De que estás hablando?
- ¿Crees que no me percate de todo esto? Tu programaste cada una de las misiones, y tú asesinaste a mis padres.
- No se que de que hablas.
- la vez pasada no pude acabar contigo, pero ahora ten por seguro que lo haré. Vas a pagar todo lo que hiciste. - exclamé señalandole, los rayos comenzaron a salir de mis manos. Hasta este punto aún no podía recordar cómo eran mis padres, mis recuerdos regresaban poco a poco y gracias a los chicos de la academia, regresaban más rápido.
- ¿De verdad lo crees?- pregunto matt acercándose a mi.
Estaba a punto de lanzar un rayo hacia el. Hasta que uno de mis hermanos llegó por detrás y me encanjó una aguja.
Presionó y sentí el líquido entrando a mi sistema. Comencé a sentirme cansada y mucho.
- para que lo sepas querida, yo planee todo esto desde tu primer mision. Todos tus poderes crecieron, pero los mios igual. Y otra cosa mi bella hija. Harás lo que yo diga y está vez no tendrás opción. - dijo mientras me tomaba en brazos y me llevaba a la puerta del laboratorio

Me dejó en una mesa. El había tomado otra jeringa, está vez su contenido era verde, similar al que quería que bebiera aquella noche.
Levanto mi brazo derecho y clavo la aguja, el líquido salis poco a poco, y estás vez no sabía que hacer.
- Dulces sueños querída...