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Emilio

Dolía

Dolía mucho

Pero era liberador, muy liberador

Llevaba 3 Cortes hechos en mi brazo y 2 cerca de la muñeca.

Era suficiente. Por hoy.

Deje mi navaja de lado y me levanté de la taza del inodoro, lave mi navaja y luego mi brazo quitando los restos de mi sangre.

Bufé y salí del baño y me dirigí directamente a mi cama, me dejé caer en ella, más tranquilo, aunque no por completo.

Comenzaba a quedarme dormido cuando una duda hizo que volviera a despertar

¿Y si Joaquín ve mi brazo mañana?

(ven como se preocupa? Ay, cuanto amorts)

[...]

Me levanté, como todos los días, y me vestí, claro que siempre usando el suéter y mi gorro, me puse una camisa de manga larga abajo y por nada del mundo voy a subir mis mangas.

Preparé mi mochila, tomé un poco de dinero que, a escondidas, mi abuela me envía desde Europa.

Salí de mi habitación y directo a la puerta.

Antes de llegar, sentí algo de metal chocando con mi espalda y sentí la sangre comenzar a salir.

— No puedes hacer nada bien — dijo — Ayer, mi amigo sr quejó de ti. No dejabas de gritar y no de placer, sino de miedo, ¿Qué te dije? — no contesté, la espalda me Dolía mucho y estaba reprimiendo el llanto — ¡Contesta, puta madre!

— Que, aunque sea actuado... — me detuve por un momento — Tengo que pedir más...

— Exactamente, ¡¿por qué chingados no lo hiciste?!

— Es inevitable... Me da miedo siempre que me toman sin mi permiso...

— ¡Pues no tiene que darte miedo!

De reojo vi que tomó un jarrón y se preparó para lanzarmelo

Joder.

Tomé rápidamente la perilla de la puerta y salí de la casa.

Corrí, corrí tan rápido como mis piernas y el dolor de mi espalda lo permitieron

Entre corriendo a la escuela, directamente a los baños, entre a un cubículo y me senté en la taza del inodoro, me encogi abrazando mis piernas y tapé mi boca con una mano, callando mis sollozos.

Volví a sacar mi navaja de rasurar y levanté mi manga, vaya mierda.

Hice un par de cortes en mi otro brazo y escuche que tocaban la puerta de mi cubículo.

Carajo

Joaquín

Estaba sentado en una banca de la escuela, con las piernas de Azul sobre las mías. Estabamos hablando sobre la tarea de música, bueno, ella se quejaba

— Es que no tiene sentido que nos dejen planas de esas figuritas si nadie, asi NADIE las entiende, yo solo se que existe Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si... Pero no se cual chingados es la figurita de cada uno o en donde va.

— ¿Entonces como lograste hacer la tarea?

— Las busque en Internet, nunca se me quedaron las condenadas figuritas

— Blue, eso lo enseñaron el año pasado

— Por eso, no sólo se está pudriendo por una año aquí — señaló su cabeza — Si no que tampoco las entien- Perate, perate, ¿ese no es tu novio? — Voltee a ver y efectivamente

Cortes | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora