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Joaquín

Salí de mi casa y me dirigí directamente a la escuela.

Emi lleva dos semanas sentándose en el almuerzo con nosotros y todo está mejor que nunca.

Iba en el camino a la escuela pensando en la manera de poder ayudar a Emi.

Me contó de la situación que tiene con su hermanito, que por cierto no sabía que tenía un hermanito, me contó todo entre lágrimas, quiere cuidarlo con su vida y me quedó demasiado claro.

Pero no tengo nada

No se me ocurre nada, aún. Suspiré acomodando mi mochila y acelere el paso hacia la escuela.

Cuando llegué Azul me recibió con un abrazote

— ¡Joaco! — Se separó — ¡Gané! ¡Gané el exámen!

Abrí la boca sorprendido — ¡Felicidades, Blue! — La cargué de la cintura y le di vueltas

Ella se reía y pataleaba.

— ¡Es que no mames! —la bajé — Llegó el profe y me dio el exámen en un sobre y con la cara seria y yo tipo "Puta madre, vali riata" no se iba y luego señaló el sobre, entendí que quería que lo abriera — Asentí — Entonces lo abrí con los ojos cerrados, dentro de mi repetía "Carajo, carajo, carajo" ¡tenía miedo, wey! Entonces abrí los ojos y... ¡Saqué un nueve! Y vi al profe con cara de "Ay baboZo me azuZtas bUrro"

Me reí — Felicidades, Blue. Te lo mereces, estudiaste muchísimo

— Aunque ya tenía idea de que podía perder, ¡es física, Joaco!

— Ay, pero es facilismo

— Para ti, cerebrito — rodé los ojos

Nos sentamos en la banca cerca de la cafetería, donde se veía toda la escuela.

Azul hablaba, pero no ponía atención, faltaban menos de 5 minutos para que la chicharra sonara y Emilio no llegaba. Normalmente a esta hora ya está junto a mi y a Azul.

— ¿Buscas a tu hombre? — preguntó en mi oído

Suspiré — No es mi hombre, pero si lo estoy buscando... A esta hora ya está aquí normalmente

— Lo sé, y tienes razón, a esta hora ya está aquí con nosotros.

— ¿Y si le pasó algo?

— No pienses en eso, tal vez sólo se quedó dormido o... Si

— Ay, no sé, Azul... No estoy seguro... ¿Recuerdas lo que te he contado? — no le he dicho mucho, obviamente, pero ella Asintió — Es posible que su papá...

— No, baby, tranquilo...

Suspiré — Okey... Okey, voy a tranquilizarme.

La chicharra sonó, nos levantamos de la banca y caminamos al aula, Diego no llegaría hoy.

Me senté en el pupitre con Azul a mi lado.

Emilio

Salí de mi habitación y me dirigí abajo, siendo recibido por el puño de mi padre en la boca de mi estómago haciéndome encorvar.

Voltee a verlo, sus ojos estaban rojos y apestaba a alcohol, mierda.

Quitó mi mochila de mi espalda y sentí su codo en mi espalda, Caí al suelo y pateó mi estómago.

Tosi con fuerza. Y trataba de recuperar aire, todo se había ido.

Se agachó a mi lado y me tomó de la camisa, golpeó mi rostro dos veces haciendo que lo único que lograra escuchar era un sonido agudo.

Cortes | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora