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Joaquín

— Joaco, estas loco — íbamos a media cuadra de la escuela — Nos van a castigar, Joaquín

— Tranquilo, con tan flojos que ni se van a dar cuenta que no estamos, solo Azul y Diego si me van a sopapear

— ¿Azul y Diego? — Pregunto extrañado — Oh, tus amigos — Asentí

— ¿Recuerdas cuando te saque del salón porque Henry (BOWERS okno, estoy muy mal con IT ayuda) no dejaba de molestarte? — Asintió — Diego fue quien me reclamó de la clase y Azul quien dijo que iba a pasarme los apuntes

— Oh... Ya, te cuidan mucho, ¿no?

— Incluso Ale y Niko. Soy el menor en el grupo y me sobreprotegen, Ale y Niko no mucho, pero Azul y Diego si

— ¿Hace cuanto los conoces? — Sonreí

— A Azul la conozco desde kinder y a Diego lo conozco desde primaria, a Ale y Niko los conocimos al entrar a secundaria y ahora en preparatoria hemos sido inseparables. Y luego te conocí a ti — le sonreí — Y ahora tu y yo también somos inseparables.

Vi un leve color carmín subir por sus mejillas.

— Gracias, Joaco... Por acercarte a hablarme, no... Nunca me hubiera animado a acercarme a hablarle a alguien, tenía en un mal concepto a toda la escuela por lo que siempre me decían y a los únicos que les hablaba eran a Roy y Andrés, eso cambió cuando te conocí...

— Debo admitir que Ale me contó de ti, me contó cosas que no podía creer y al principio me acerque para desmentir eso, tenía curiosidad, luego te conocí mejor y quise acercarme más seguido para ser tu amigo — me sonrió, me encanta su sonrisa de conejito — Y ahora quiero cuidarte.

Soltó mi mano y me abrazó por los hombros, pase mis manos por su espalda, con cuidado.

— Yo voy a cuidar de ti también, bonito

Agh, amo cuando me dice así. Pero ¿por qué lo hace?

— Oye

— Oigo — reí

Me separé del abrazo y lo vi fijamente

— ¿Por qué me llamas "Bonito"?

Rio nervioso — ¿Qué no es obvio? Es porque eres bonito...

— Ay ajá — también reí nervioso y baje mi mirada

— No, es en serio. — subió mi mirada y acuno mi rostro — Eres muy bonito, Joaquín.

Tragué duro y me sonroje de sobremanera, le sonreí.

(Juepuerka, hasta yo nomames)

Beso mi frente y mi mejilla.

Carajo, mi sonrojo se hizo más fuerte, si es que eso era posible.

Unió nuestras frentes, y cerramos los ojos.

— Emilio... — susurre

— ¿Si?

— Y-Yo... Ehm...

La bocina de un auto nos hizo separarnos de golpe y rompió la burbuja en la que estábamos.

— M-Mejor lleguemos al centro comercial — Asentí

Él me abrazó por los hombros y comenzamos a caminar en un silencio un tanto incómodo, por suerte el centro no estaba tan lejos de ahí.

Así que al llegar al centro, Emilio se emocionó al ver una exhibición de perritos que tenían.

Cortes | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora