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Joaquín

— Ay Dios, ay Dios, ay Dios... — Bufé, tratando de controlarme

Di mil vueltas en la cocina buscando algo que pudiera ayudar a detener el sangrado de Emilio, hasta que di con el trapo de la cocina, colgado junto al refri.

Lo tomé y frente a mi se puso el vinagre, también lo tomé, me hinque en el suelo, manchando mi pantalón con su sangre.

Abrí el bote de vinagre y tomé el trapo con la otra mano. Puse el bote de vinagre en su nariz y el trapo sobre la herida de su muslo.

Segundos después reaccionó a el olor del vinagre y comenzó a despertar.

— ¿Joaco? Joaco... ¡Joaquín!

— Tranquilo... Tranquilo... Vas a estar bien...

— P-Pero no deberías estar aquí — hizo una mueca

— No, pero escuché algo que se quebró y luego la puerta de la entrada. Me asuste entonces entre... — Voltee a ver a su pierna, el trapo estaba lleno de su sangre y empezaba a gotear — Amor, estas sangrando demasiado, voy a llamar a la ambulancia

Saqué mi teléfono

— Chulo... — pidió

— No, 'chulo' nada — Marque el número y puse el teléfono en mi oreja




Emilio

—... M-Mi novio se está desangrando — Mi corazón latió con rapidez y sangré más — La dirección... — me preguntó con la mirada

— Es ******* (avenida peluche interior 13 okno)

—... La dirección es ******... Mi nombre es Joaquín y mi novio es Emilio... Si, si, ya tengo un trapo sobre su pierna... ¿Torniquete?, okey, okey... — sostuvo el teléfono con su oreja y su hombro — Si, si, si... — Se quitó su suéter con una mano y lo enrollo.

— No... No — susurre

— Cht, te callas — me susurro y volvió a la llamada —... A ver, a ver, le levanto la pierna y paso mi suéter debajo de su pierna, arriba de la herida... Ajá, deteniendo el paso de la sangre, okey, okey... — soltó el trapo y levantó mi pierna

— ¡Ay carajo! — grité

— Aguanta un poco, mi amor — me dijo y pasó el suéter debajo de mi pierna

— ¡Joaco, Joaquín! — volví a gritar. Hizo un nudo y lo apretó — ¡Mierda!

— Listo, ya tengo el torniquete... — me tomó la mano y la apreté — Okey, okey... Gracias...

Sostuvo el teléfono en su oreja y sostenía mi mano, mi pierna dolia un jodido infierno y el dolor constante me daba ansiedad, haciendo que me revolviera en mi lugar

— Estarás bien — susurraba — Todo va a estar bien, amor...

Mi cabeza comenzaba a doler y mis ojos a pesar.

— No, no, no cierres los ojos, mírame, mírame — Con debilidad voltee a verlo — No cierres tus ojitos... Por favor — escuché su voz quebrarse — Emi, guapo, chulo, amor, cielo, corazón, bebé, nene, mi niño... No cierres tus ojitos

No pude evitarlo

Los cerré




Joaquín

Comencé a llorar

Llamada

— Wendy, — la chica me dijo que le dijera por su nombre — cerró los ojos...

— Bien, Joaquín, necesito que te calmes, la ambulancia está cerca. Dijiste que sangraba demasiado, la sangre ya no es suficiente para su cuerpo. ¿Conoces a alguien que sea cercano a él?

— Solo se que tiene un hermano, pero el niño tiene cuatro años

— Okey, opción descartada... ¿Sabes su tipo de sangre?

— No, no sé

— Bien, tendremos que esperar a que llegue al hospital. ¿No has retirado el torniquete, verdad?

— No, no, no

— Bien, eso reduce la salida de sangre

La puerta fue tocada y luego entraron muchos paramedicos

— Ya llegaron los paramedicos... — avise

— En ese caso mi trabajo terminó

— Muchísimas gracias, Wendy

— Es mi trabajo, espero Emilio se recupere

Colgué

Pusieron a mi Emi en una camilla y lo levantaron. Comenzaron a caminar a la ambulancia conmigo detrás

— ¿Qué sucedió? — me preguntó un paramedico

— N-No lo sé... — Mis espasmos no me dejaban hablar bien — Y-Yo estaba espe-perandolo en el pa-patio trasero y escuché un go-golpe y algo que-quebrarse, e-entre y-y mi Emi estaba de-desangrandose e inconsci-ciente

— ¿Cuáles son sus nombres?

— Y-Yo soy Joaquín y mi no-novio es E-Emilio

— Tranquilo, Joaquín, — subí a la ambulancia junto al paramedico — Emilio estará bien

Cerraron la ambulancia y comenzaron a avanzar.

Tomé la mano de Emi y volví a tomar mi teléfono, marcandole a Diego

Llamada

— ¡Joaquín! ¡¿En donde están?! ¡El receso está a 5 de terminar y-!

— Diego — dije en medio de un sollozo

— Nene, ¿que pasó? ¿Todo bien? ¿Todo mal?

— Estamos yendo al hospital 

— ¡¿Por qué?! ¡¿Estás bien?!

— Yo si... Pero mi Emi no...

— ¡¿Qué pasó?!

— Se está desangrando de la pierna

— ¿Fue su...?

— Si, si...

— Mierda, vamos para allá, Emilio estará bien, nene...

Colgó

Vi como le ponian a Emilio una gasa y la ajustaban. Guardé mi teléfono y comencé a acariciar los rizos de Emilio

Adoraba su cabello, es liso de las raíces y luego a comienza a ponerse rizado, me encanta

(otzea bRoU, imagínense al Emilio de ahorita UwU [del 2021, porke kiensabe leen esto 45 años después veda?])

Sorbi mi nariz, mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas recordando la imagen de mi ricitos inconsciente en el suelo y desangrandose

Aún mantenía su sangre, ya seca, en mis manos, aún así no solté su mano en todo el camino.

Llegamos al hospital y bajamos rápidamente. Me dieron acceso hasta una puerta gigante y ahí se lo llevaron solo a él, pude soltarme en llanto libremente

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MASTEERS HOLAAAAAAAAAA

Wachense, me estoy quedando sin capitulos ya escritos, esto esta valiendo cheto, entonces, voy a estar publicando una vez por semana y tratar de escribir cuando tenga la libertad, si no puedo, va a quedar como Freak Show, en continuacion

Lus amu, bai

Cortes | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora