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Las luciernagas adornaban sus alrededores pero jamás se acercaban demasiado al sombrío tenían curiosidad o tal vez solo querían ayudarlo a encontrar el camino a quien sabe donde. Kayn decidió soltar su desordenada trenza dejándola danzar libremente por su espalda. La sensación de que alguien lo seguía lo distrajo, parecía ser cuidadoso, y se ocultaba bastante bien pero no lo suficiente.

El azabache siguió su camino aún con la presencia siguiéndolo, sea lo que sea, no quería saberlo. Se detuvo al sentir como lo tomaban por la muñeca era un agarre suave pero firme, era Zed.

-"¿A dónde vas?"- Preguntó con su mirada fija en el menor.-"Maestro...tsk"-Se callo por un momento-"Solo daba un paseo"-El albino sabía que el azabache tenía algo más entre manos así que no dudo en decir-"A esta hora de la noche ¿Das un paseo?"-Kayn se harto del interrogatorio y con frustración contestó-"¿Desde cuándo te importa lo que haga o no?"-

El tirano se quito su yelmo soltando al menor que lo miraba molesto, Zed solo lo miro y sonrió tratando de calmarlo y al no poder darle una buena respuesta simplemente lo beso, suave, dulce. Kayn intentó separarse pero no pudo simplemente siguió con el beso imaginando que se lo daba al artista. Tal vez fue por eso que recordó la última carta que recibió de el:

"Las sombras ocultan lo que no quieren que veas"

Tal vez por eso no tenía noticias de el, cartas, regalos o algo. Y Kayn no se equivocaba pues el albino ordenó a todos ocultar cualquier recado por parte de Jhin después de la segunda semana sería difícil esconderlo pues eran demasiadas cosas desde las más grandes hasta las más pequeñas todos los días. 

Una vez culminado el beso El mayor habló-"Kayn, quiero acostarme contigo"- El azabache se sobresaltó-"¡¿O-otra vez?!"- Le asustaba el hecho de tener que soportar el dolor en sus caderas de nuevo-"No hablo de eso, solo quiero dormir contigo, no lo haremos a no ser que me lo permitas"- Zed cubrió su boca con el dorso de su mano-"No quiero dejarme llevar de nuevo"- ¿Qué era eso? Zed, el maestro de las sombras, alguien que si lo ves pensarías cinco veces antes de meterte con el, un asesino a sangre fría, alguien que te mata diez veces antes de caer al suelo (XD), estaba mostrando simpatía por Kayn o bueno intentaba mostrar.

Kayn regresó al templo junto a Zed, en una ocasión el menor tomo del brazo al tirano que solo respondió dándole una caricia en la cabeza, era su oportunidad para tenerlo bajo su control solo debía tener cuidado. Al llegar fueron directamente a la habitación del albino algunos acólitos miraron extrañados a Kayn pues hace tiempo que no iba a entrenar con ellos pero no duró mucho ya que Zed los envió a descansar tan pronto los veía.

El albino se deshizo de su armadura el acostumbraba dormir desnudo pero a pedido del menor se colocó una pijama que creía jamás usaría hasta esa noche. Por su parte el azabache durmió también con una pijama, por si acaso (Hay mi Kayncito siempre tan precavido uvu).

Y así fue, los dos durmieron juntos, Kayn le dio la espalda a Zed intentando tener el menor contacto con el. Pero el albino lo abrazo con tanta ternura que el menor no pudo evitar recordar a su amado artista.-"Deberías hacer algo para cubrir esas marcas "- La grave voz rozar su oreja lo saco de sus pensamientos. Se dio cuenta de que el no era motivo por el cual le daban esas miradas más bien eran las marcas de su cuello. <Mierda..> Susurro el menor a lo cual el tirano soltó unas risitas.

-"Que dulce.."- Murmuro el mayor y se aferró al azabache como si supiera que alguien iba a venir para arrebatárselo. Las horas pasaron y el menor quedo dormido inconscientemente sobre el pecho de su maestro que acariciaba sus largos y negros cabellos. Algo lo preocupaba y con razón pues había recibido la última carta de Jhin.

En unos días  volvería.

TOUCHME2 (ALFINXD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora