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- Bien, nos vamos - Dijo Jhin abriendo los cajones del armario del menor para sacar su ropa. El menor susurro algo inaudible para el artista que se dedicaba a hacer las maletas del menor - ¿Dónde iremos?- Kayn detuvo al mayor haciéndolo frenar en seco.

- A cualquier lugar lejos de aquí - Repuso Jhin. Todo lo que el mayor guardaba Kayn sacaba poniéndolo en donde estaba - Al menos espera a que nazca, nos iremos juntos y...-

- ¿Y qué? - Interrumpió Jhin alzando la voz - Si piensas quedarte aquí para que ese monstruo crie a MI hijo, estás muy equivocado, Kayn - El artista no andaba con jugueteos pues llamó al menor por su nombre, algo que no hacía hace mucho tiempo ya.

- El niño no es tuyo - Kayn bajó la mirada buscando un punto fijo al cual mirar sin éxito. El artista tomó al menor en un abrazo, tardó unos segundos de silencio para calmarse y reflexionar, Kayn no sabía si era por el embarazo o por el, pero las ganar de llorar sobre el hombro, perfumado ligeramente por la lluvia, eran más fuertes.

- Yo no quería...lo siento - Dijo el menor mientras los sollozos entrecortaban cada palabra. Varias caricias en su espalda y el clásico "shh" intentaron calmarlo, no sabía como pero la voz y las manos de Jhin siempre lograban su cometido, cualquiera que sea - Con mi sangre o no, yo lo considero mi hijo -

La lluvia seso y su llanto también, los cristales de ambos chocaron creando en la mente del artista el deseo de besar aquellos rosáceos labios que hace un par de noches atrás devoró por completo, de pronto un comentario muy inapropiado para ese momento salió de su boca "No puedo creer que ya conocí a mi hijo sin que nazca aún" fue lo que dijo para ganarse un buen golpe en el estómago pero aun así no dudo en robarle un par de besos para poder contemplar aquel rubor en las mejillas ajenas. Sin duda valió la pena.

Las noches pasaron, y cada una de ellas Jhin pasaba a visitarlo antes de que su boda ya no le permitiese. Que injusta que era la vida para aquellos que amaban con cada parte de su ser, con cada parte de su alma y como consecuencia terminan perdiendo todo por que eso fue lo que dieron al amor y  este como respuesta los apuñala por la espalda.

"El amor traiciona"

Kayn yacía en la habitación de Zed  frente al espejo al lado de la puerta, la habitación levemente iluminada por la luz que se colaba por la ventana. Dos rubíes observaban al menor mientras se vestía para su boda, el cabello suelto con varias flores adornándolo, una camisa blanca y un pantalón negro. Simple y elegante.

-¿Te quitarás ese metal de la cara para besarme? - Se burló el menor. 

- Por supuesto, hoy es un día especial - El albino se acerco peligrosamente por detrás para abrazarlo -  Soy tu esposo, eres mi amor, mi vida... - Corrió sus manos hasta el estómago ajeno -...y aquí dentro esta mi alma -

A veces Kayn se cuestionaba si Zed en verdad era el mismo monstruo que lo violó.

- No vayas a quitarme la única razón por la cual aún estas vivo -

Así es, se cuestionaba eso, hasta que ocurrían ese tipo de situaciones y comentarios.

Al decir acepto frente a todos una lagrima rodó por su mejilla pero escondió su tristeza bajo una gran sonrisa. Todos supusieron que las lagrimas eran de alegría.





Todos menos Jhin.

TOUCHME2 (ALFINXD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora