Lesson 1-3

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Después de los eventos que sucedieron anteriormente en la casa de los lamentos, todo ha estado extrañamente tranquilo, demasiado para decir que en ese casa vivían los siete demonios más poderosos de todo Devildom.

Satan aún seguía enojado conmigo después de lo que le hice hacer... Bueno, ya tengo mi regalo de disculpa, el libro que le había llamado la atención pero que negó porque no quería recibir nada de mi en esos momentos, al igual que algunos de sus dulces favoritos. Salí de mis pensamientos al escuchar unos leves toquecitos en mi puerta.

—MC ¿Puedo pasar? –era la voz de mi novio. Desde ese día estuvo actuando con inesperada serenidad ¿Sera que empezó a meditar?

—Pasa~ – canturree en tono infantil y el obedeció.

Al entrar, cerró la puerta detrás de sí. Le hice una seña para que se sentará conmigo y de nuevo me hizo caso. Acto seguido lo jale en mi dirección y lo abrace apoyando su cabeza en mi pecho. El correspondió en abrazo, pero se sentía el desinterés.

—Satan, amor, cariño, Honey pie... Lo siento ¿Me perdonas?... Se que me pase de la raya obligándote a usar el vestido de Ruri Hana –acaricie sus cabellos sin recibir respuesta de su parte– ¿Honey pie? – insistí.

—Necesitas más para hacer que te perdone. –dijo dándome la señal para usar los regalos de emergencia.

—¿Recuerdas mi novela de terror psicológico favorita?... –¡Si! ¡Capture su atención! – ¿Te la quieres quedar? También tengo tus dulces favoritos –no contesto. En cambio, comenzó a verme fijamente... tengo que usar mi arma secreta. No esperaba tener que usarla tan pronto pero no hay remedió– ¿Miau?... –su cara se sonrojo en cuestión de milisegundos y volvió a hundirse en mi pecho.

—Te perdonó... Pero hazlo otra vez. –susurro aún en mi pecho.

—Miau~... –maullé de nuevo, podía imaginarme su sonrisita de satisfacción.

Al cabo de unos minutos Satan se acomodó reposando su peso en el respaldar mientras que yo tomaba mi lugar apoyada en su pecho. Pasamos lo que creo que fueron horas en silencio, el leía y comía uno que otro dulce mientras que le hacía mimos. Se sentía raro que todo esté tan tranquilo y que hasta el momento ninguno de los otros hermanos nos haya interrumpido... ¡Maldición, si pienso en eso los voy a invocar!

En ese momento como si el universo hubiera leído mi mente su D.D.D comenzó a vibrar. Irritado dejo de lado su libro y extendió la mano para tomarlo. Después de uno segundos decidió hablar.

—Mc... Lucifer quiere vernos en la sala en treinta minutos, dice que es algo importante... – dio la noticia acariciando mi cabello suavemente. Yo, por el otro lado, tome mi D.D.D y comencé a leer la conversación, aunque no había nada interesante más allá de lo mencionado y lo deje nuevamente donde estaba antes.

—Honey pie, me despiertas cuando tengamos que bajar... –reí suavemente y me acurrucó en su pecho de nuevo para dormir cómodamente.

Al abrir los ojos luego de unos minutos vi a Satan revisando mis conversaciones.

—¿Honey pie?... ¿Por qué estás revisando mi D.D.D? –murmuré adormilada. El dejó de prestarle atención al celular.

—Que bien que despiertas... Quiero preguntarte algo. – la risa forzada del final hizo que se me enciendan las alarmas en mi cabeza.

—¿Hm? ¿Qué? –pregunte sin entender a lo que se refería. Satan sonreía en un esfuerzo para encubrir su evidente enojo.

—¿Quién es Sweetheart y porque te dice Darling? – Su tono de voz se afilo, como si fuera a cortar con tan solo sus palabras. En ese momento sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo. Aquí vamos de nuevo. Tragué saliva y comencé a explicar de quien se trataba.

Hizo falta repetir la historia tres veces para lograr que se calme. No le entraba en la cabeza que Sweetheart era una chica, mi amiga, que eran solo apodos cariñosos y que no lo estaba engañando.

Miré la hora y me di cuenta de que faltaban cinco minutos para saber de qué se trate este "asunto importante"

—Honey pie, faltan cinco minutos, vamos a la sala.

El camino hacia la sala fue cómodo, bueno, quitando que tuve que arrastrar a Satan fuera de mi habitación.

Al llegar a la sala vimos que ya todos están ahí y a lado de Lucifer estaba una figura conocida. Me tomó menos de un segundo darme cuenta de quién se trataba.

—Aquí están-

—¡Sweetheart! ~ –interrumpí a Satan y agudicé mi voz a más no poder por la emoción. Corrí y me lancé a ella. Me atrapo y comenzamos a reír – ¡No sabía que ibas a venir! ¿Porque no me dijiste?

—¿De qué hablas? Te envié un mensaje diciendo que iba a venir y hasta lo leíste. –explicó confundida. Eche un rápido vistazo al demonio rubio quien estaba estático con los ojos abiertos y le respondo.

—Ah... Eso... Pues hubo un pequeño problemita y no fui yo quien leyó tu mensaje. –ella pareció entender ya que no pregunto más.

Ninguno de los hermanos dijo una palabra en voz alta, se limitaron a susurrar entre ellos, especialmente Asmo, Mammon y Levi. Con Isidora decidimos ignorarlos empezando a hablar entre nosotras. El mayor de los hermanos decidió romper el silencio.

-No creí que fueran tan cercanas –carraspeo y continúo–¿Se conocían de antes? –me miró fijamente ya que aún seguía abrazando a Isadora.

—La conocí el otro día, horas antes de que Satan explotará y nos hicimos buenas amigas en nada–dije sonriendo, ella me imito.

—Desde entonces nos hemos mantenido en contacto–La mirada que Satan nos regalaba hizo que me aleje un poco.

Se formó otro silencio incómodo, pero está vez entre todos... así que decidí sacar a Isadora de ese ambiente.

—Bueno, yo ya sé de qué se trata esta reunión y tú sabes cómo le explicarás ¡Así que me robaré a Isadora! ¡Nos avisan cuando terminen! –termine y arrastre a Isadora a otro lugar más interesante. Vi como el primer y el cuarto hermano intentaron decir algo, pero salimos antes de que pudieran.

—Supongo que ya conoces toda la casa, así que te llevaré a mi habitación, es el único lugar que no conocés aun –sonreí.

Una vez en mi habitación, Isa usando su magia, creó algo así como una ventanita para ver qué pasaba en la sala. Nos reímos al ver a Satan y en menor medida a Lucifer intentando encontrar una explicación para nuestro comportamiento "acaramelado" que no fuera la infidelidad. Era gracioso que no entiendan como funciona una amistad.

—¿Deberíamos comportarnos más acarameladas la próxima vez? – Dije con toda la seriedad del mundo y ella me miro igual de seria...Y explotamos en carcajadas.

—¡Claro! ¿Que es mejor que crear las dudas existenciales a tu novio? –ensancho más su sonrisa, yo hice lo mismo- Lucifer es demasiado orgulloso como para pensar que lo cambiaria, pero Satan es otra historia.

Esta será una divertida y larga noche.

Souvenirs de Devildom/ Obey Me! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora