Lesson 1-9

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Desde el incidente ocurrido ya hace una semana, Satan no se separó de mí ni por un segundo, dormíamos juntos y hasta ofreció ayuda para bañarme. Me negué, el insistió, cosa rara, pero aun así no cedi. Finalmente se rindió, pero estuvo al pendiente de mí, por si llegara a necesitar algo.

Su atención solo estaba centrada en mí y por primera vez en tantos años, pude sentir que era importante. Mi corazón estaba realmente tranquilo, estaba feliz. Más bien, desde que llegué aquí, mi vida cambió totalmente, ahora sé que tengo un hogar, que hay personas que me esperan y que no están dispuestos a abandonarme. Sin importar que tantos errores cometa, ellos seguirán a mi lado, eso me hace muy feliz, pero... la felicidad no es eterna y mientras más tiempo pase, más se acerca el final de mi estadía en el Devildom. Tendré que volver, aunque es lo último que quiero.

No hay diferencia si estoy o no en ese lugar, no hay nadie que me espere en verdad. Ni siquiera ella o el me necesitan sinceramente. Para ella me convertiré en una desconocida y el me borrará gradualmente de su mente.

Sentí como sus brazos me rodeaban completamente, apretándome contra él, aprisionándome en su calor. Todos mis pensamientos se esfumaron mágicamente y correspondí el abrazó. Me sentía segura, me aferre a él mientras hundía mi cabeza en su pecho y su dulce aroma me hizo sentirme tranquila, quería quedarme dormida.

—¿En que estabas pensando? –preguntó.

—En nada importante... –sonreí, el bufo.

Terminamos acostados de nuevo uno abrazando al otro, el acariciaba mis cabellos suavemente y yo me dejaba mimar. El silencio entre nosotros siempre es cómodo y reconfortante.

—¿Puedo preguntarte algo? –dijo repentinamente.

—Hmm..si, ¿Qué es? –tenía curiosidad.

—Siento que debo saber la razón por la que... –dudo por un momento ¿Qué tipo de pregunta es como para hacerlo dudar? – ... ¿Porque tienes tantas cicatrices?

Cómo si me hubieran tirado un balde de agua helada me congelé... ¿No fue Isadora quien trató mis heridas cuando me desmayé?

—¿Fuiste tu? –no me permitió terminar.

—¿Desde cuándo? –intente apartarme, pero él me apretó contra él, ahora no podía escapar ya que la diferencia de fuerza era abismal– ¿Porque no lo sabía? –evite su mirada– Mc, Mírame.

Seguía evitando su mirada lo que pareció haberlo enojado, con la mano libre me obligó a mirarlo a los ojos. Volví a encontrarme con esa mirada, la que pensé que él jamás me daría. Esa mirada que soporté por tanto tiempo, la misma que siempre me daba mi padre durante el poco tiempo que nos encontrábamos.

No pude soportarlo, ni siquiera podía aparentar ya que mis lágrimas caían sin parar, agaché la cabeza.

—No me mires... –estaba sorprendido y por eso mismo aflojó su agarre lo cual aproveché para alejarme de él. Para cuándo se dio cuenta, logro tomar mi brazo y no me permitió huir.

Tengo miedo, estoy asustada. No quiero seguir aquí, quiero huir...

—No te dejare ir hasta saber que está pasando –Parecía que su paciencia estaba terminando– ¿No sé supone que teníamos confianza entre nosotros y que podía ayudarte? –no quería mirarlo.

—No es de tu incumbencia... –solté sin pensarlo mucho, él rio fríamente.

—Lo dice la que en los primeros meses no paró de meterse en los asuntos de los demás y casi muere por ello –Tenía razón, soy un asco.

—Debiste de haberte confundido, todas las cicatrices que tengo son las del último incidente –invente está excusa con la esperanza de que se la creyera.

—¿Acaso te parezco estúpido? –pude sentir la molestia en su voz– Ninguna de esas cicatrices es de ese incidente y está no es la actitud que alguien tomaría si lo que dices es cierto.

—¡Esta bien! ¡¿Quieres saberlo?! ¡Te lo diré! –Estaba en mi límite– ¡DESDE LOS OCHO AÑOS SUFRO DE MALTRATO POR PARTE DE MI PADRE Y MI MADRASTRA! – Grite, mis lágrimas no paraban de caer haciendo que me vea patética... Ni siquiera podía contenerlas– ¡MI MADRASTRA ME SOBREEXPLOTABA Y ME GOLPEABA HASTA CASI MATARME POR EL MAS MÍNIMO E INSIGNIFICANTE ERROR O CUANDO ELLA ESTABA DE MAL HUMOR! – Todos esos recuerdos borrosos eran claros, eran extremadamente dolorosos– MI PADRE JAMÁS HIZO ALGO PARA PARARLO! ¡Y TODO PORQUE SOY UN MONSTRUO QUE JAMÁS DEBIÓ DE HABER NACIDO! ¡MATE A MI MADRE! –El recuerdo del hospital, la máquina a su lado emitiendo ese sonido al que le tenía miedo– ¡TAMBIEN A MI UNICO AMIGO, HIROSHI! –Ese fatídico día en el que estaba a punto de morir atropellada, él me salvo protegiéndome del impactó– ¡MI TIA ME ABANDONÓ Y MIS HERMANOS ME TIENEN MIEDO PORQUE SOY UN MONSTRUO QUE DEVORA LA VIDA DE LOS DEMÁS!

Estaba respirando pesadamente, tenía la cabeza baja y me sentía mareada. Recordaba todo claramente, como conseguí cada una de las cicatrices de mi cuerpo, también las de mi corazón y mente al igual que otras cosas que no creía saber.

Al darme vuelta descubrí que ya no estábamos solos, Mammon, Leviathan, Asmodeus, Beelzebub, Belphegor e incluso Lucifer estaban presentes. Al parecer escucharon nuestra pelea y ahora lo saben todo. Estaban impactados y ninguno sabía que decir.

Estaba enojada, muy enojada hasta el punto de no importarme nada. Sonreí como solo las personas que no tienen nada más que perder sonríen, me quité mi gran suéter y expuse todas mis cicatrices y heridas - ¿Ahora que saben que soy una idiota autodestructiva van a tratarme diferente como toda esa gente de me conoció alguna vez? –me burlé, ninguno respondió– ¿Saben qué? No me importa, estoy harta y quiero estar sola, así que ¡fuera de aquí! –utilice el poder del pacto, así que no tuvieron más opción que obedecer.

Estando completamente en soledad ordene todo el desastre que había causado, algunas heridas recientes se habían abierto y mi cara estaba roja al igual que mis ojos por llorar y me dolía la garganta por gritar tan fuerte.

Después de haber ordenado todo en la habitación, me di un baño para intentar relajarme, pero como era de esperarse, no solo mis recuerdos volvieron... sino también las voces.

Según mi memoria, desde que perdí casi todos mis recuerdos, regresé a ser como era en un principio, pero con baja autoestima, también, escuchaba las voces al principio pero en algún momento desaparecieron. En caso de que volvieran guarde los medicamentos en el botiquín, no los había necesitado hasta ahora.

Así que abrí el armario y lo saqué, lo abrí y tomé una pastilla. Tardaron en desaparecer, pero ya no podía escucharlas más

Y así paso el tiempo.

Durante los siguientes días evite contacto con cualquiera de los hermanos. A penas hablaba con Mammon, no me presentaba en el comedor ni en ninguna algún lugar que no sea mi habitación, ni siquiera en el salón de música, era invisible.

Los hermanos al parecer no sabían cómo actuar o que decir e Isadora tampoco era excepción. También la evadí las pocas veces que su agenda le permitía visitar o hablar.

He logrado evadirlos, jamás me encontrarán si no quiero.

Souvenirs de Devildom/ Obey Me! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora