Adicciones.

19 6 0
                                    

Él es como la sustancia más adictiva del mundo... Te embriaga, te atrapa rápido, te envuelve en él. Pero, tan bien como se siente su efecto adormecedor, tan intoxicante se vuelve para el corazón. Te va apagando poco a poco, mientras te hace sentir en el centro del sol, te deja tan perdido, que no logras responder un simple dos más dos. Te sientes ida, totalmente a la deriva, sabiendo que por más que lo consumas, su efecto no durará toda la vida, necesitando así otras medidas, aumentar la dosis hasta que no distingas entre noche y día. El tiempo se te pasa volando, logrando de este modo que lo sigas extrañando, anhelando que las horas pasen rápido para volver a tenerlo a tu lado, pero que mal me ha causado probar por primera vez sus labios, aunque no se compara con el momento en que vi sus ojos brillando, mi corazón se está cayendo a pedazos y mi alma está pasando a otro plano, él sabe lo mucho que me está limitando y aún así no trata de enmendarlo. No diré que estoy mal al querer quedarme, ni que fue un error el amarle, porque sé perfectamente que tener su amor vale la pena de muerte, tal vez no sea lo más sano, que cada día me hará más falta aquel roce de manos. Así que, consumeme, como yo lo he hecho contigo, sin importar que sienta mi cuerpo morir, yo me seguiré estando aquí, volviéndome más adicta a tu ser consumir.

-𝕊𝕤.

Escritos de una noche fría. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora