Ajedrez.

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La muerte se le reflejaba en los ojos como mil destellos, pero al parecer todos los que la rodeaban eran ciegos, no veían todo el dolor y sufrimiento que ella estaba guardando dentro. Entonces huyó, de todo aquel que no la detalló, de todo aquel que sólo lograba aumentarlo. Pero ella estaba ahí, con un pie a medio salir, con una mano en el picaporte, su tiempo se empezó a consumir, como unos pulmones a manos del cigarro. Ella no entendía lo que estaba pasando, él deseaba verla regresando y cuando la observó, allí de pie, apunto de escaparse, le pidió un chance más, sabiendo que de retractarse ella no sería capaz. Y así fue, cómo se vio atrapada en otro juego de ajedrez, donde hace varios movimientos se presenciaba un Jaque Mate, ella tenía todas las de perder, así que ¿Para que resistirse? Si ya estaba en manos de él, lo único que le quedaba era terminar de entregarse.

-𝕊𝕤.

Escritos de una noche fría. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora