No entiendo que hiciste conmigo el día en que me diste tu abrigo, aquella noche en la que pasé tanto frío y todo fue un delirio, la calma con la que me hablaste mientras mi mundo derribaste, me dio el chance de al menos prepararme para el desastre que se avecinaba. Mi semblante puso de nervios tu dulce mirada, a leguas se notaba que yo te preocupaba. Como a una niña pequeña me cargaste en tu espalda, me durmió la calidez que de ella emanaba. Al despertar me encontré algo extrañada al ver que de sólo un sueño se trataba. Me desesperé por confirmar que ese día había existido, pero me di cuenta que fue un recuerdo de aquel día en que habías desaparecido.
-𝕊𝕤.
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Escritos de una noche fría. ©
PoesíaAlgunos sentimientos transformados en escritos, a veces sosos, a veces interesantes, algo significativos o sin gracia, pero aquí están, listos para ser leídos, te invito a pasarte un rato, si no te agrada, no pasa nada, pero por ahora, bienvenido se...