Parte 12. El libro

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Simón después de comprobar como estaba  Lea, bajo a  comer algo, el no se sentía tan casado como la pequeña, después de comer fue a dar la vuelta por la mansión para conocer bien el lugar, estos días había estado solamente con Lea y no se había tomado el tiempo para recorrer la mansión, camino por los largos pasillos, habitación por habitación, observando con detenimiento el segundo piso, después bajo al primer piso para observarlo.

En el primer piso no había tantas habitaciones, y fueron dos las que le dieron  curiosidad, al entrar a la primera vio el despacho del abuelo de Lea y le parecido un lugar bastante cómodo,  los colores no eran chillones y el aire adulto le daba cierta aire de sofisticación, luego se dirigió a  la segunda habitación donde encontró una gran biblioteca, en ella había varios libros sobre diversos  temas y estaban organizados por materia, autor y fecha de edición.

Simón vio los libros con melancolía, "Me pregunto si aquí estarás" pensó mientras un  vago recuerdo hizo eco dentro de su corazón, cuando el estaba en el orfanato nunca tuvo amigos, los niños eran aburridos e inmaduros, les gustaba intimidar a los niños mas pequeños, aunque Simón no estaba de acuerdo con ello tampoco pensó en ayudarlos, el no se consideraba una buena persona, y estaba bien con eso, no podría vivir si fuera buena persona, siempre tenia que pensar en el mismo  ya que nadie mas lo haría por el.

Cuando cumplió cinco años, un pequeño grupo de personas llego a el orfanato a dejar regalos a los niños, llegaron con varios medios de comunicación y tomaron muchas fotografías, Simón vio todo aquello con burla, los cuidadores del orfanato que usualmente los trataban fríamente solo limitándose a darles  comida y abrigo ese día se mostraban dulces y atentos, y los adultos que entregaban los regalos los miraban tiernamente frente a las cámaras pero evitaban entrar en contacto directamente con su piel, como si los miraran sucios

Una amarga sensación en su corazón empezó a formarse, las personas que le rodeaban le empezaban a dar nauseas, los niños que abusaban de otros le daban asco, los niños que lloraban sin poder defenderse  le parecían débiles, si no eran capaces de luchar por ellos mismos  nadie lo haría por ellos, esa fue la lección que a el mismo le toco aprender, cansado se  dirigió hacia el bello jardín que tenia el orfanato, este era el único  lugar decente de ese basurero y se sentó cerca del árbol y  suspiro con pesar, a sus cinco años sintió que la vida era muy pesada. 

Cuando estaba apunto de dormirse  escucho unos pasos acercarse a el, en guardia se levanto rápidamente para no ser sorprendido con algún golpe, pero para su sorpresa quien se acerco fue un viejo anciano  con el cabello blanco y cara amable,  lo miro con curiosidad y  se sentó en el otro extremo, después hubo un silencio entre los dos, no se dijeron nada porque no había nada de que hablar, Simón observo al viejo y no sintió ninguna amenaza así que se relajo.  

El viejo miro hacia el cielo tranquilo y estuvo en silencio por mucho tiempo.

"Fue un buen libro" suspiro

Simón lo escucho pero no le puso importancia.

"Tu también deberías leerlo"

Ahora Simón lo vio con disgusto

"No se leer" Dijo con la voz irritada

El hombre lo vio y soltó una risita ante su actitud hostil.

"Es una lastima, te  gustaría"

y  se levanto y dejo el libro cerca del árbol, Simón estaba por decirle que se le había olvidado, mientras el hombre soltó

 "A veces el sufrimiento es el preludio de la felicidad" Dijo con una voz dulce pero sincera.

Simón se quedo quieto, no entendía que quería decir este hombre pero por alguna razón sus palabras se clavaban dentro de su corazón.

"Es una frase del libro, te lo dejo espero que algún día seas capaz de leerlo"

El hombre se alejo como había venido, en silencio y Simón se quedo observando el lindo libro  con portada roja en su mano, le pareció una de las cosas mas hermosas que hubiera visto en su vida, tenia curiosidad por saber el contenido del libro que tenia en sus manos y gracias a esta pequeña esperanza deseo aprender a leer, puso un gran esfuerzo para hacerlo pronto y lo logro, pero como si sus palabras fueran algo como una advertencia el hermoso libro que había guardado y protegido desapareció,

nunca supo que paso con el libro ni quien lo había tomado pero su corazón aprendió de nuevo sobre su verdadera condición. "Felicidad", pensó Simón, era algo que no sucedería.

El quería buscar el libro dentro de esta grandiosa biblioteca pero tenia miedo de no encontrarlo y sentir esa amargura de nuevo, así que opto por salir de allí e irse a dormir con la pequeña, Lea era muy inquieta al dormir y siempre terminaba por moverse mucho tirando la manta que la cubría haciendo que siempre la encontrara temblando de frio, aun cuando fue el quien la tapo al verla antes, todos los sentimientos que llevaba con el se fueron cuando se acostó a su lado y tomo su mano, y quedo dormido.

Cuando Lea despertó se sentía renovada, abrió los ojos y vio como el sol estaba muy brillante, su pequeño buñuelo estaba a la par con los ojos cerrados, parecía un pequeño ángel que se acurrucaba en una nube para descansar.

Se levanto de prisa y  la alistaron para el día, hoy le habían escogido un hermoso vestido de color rosa y atado su cabello con un moño, cada vez que Lea se veía en el espejo le parecía mas hermosa, "Con este rostro, mi buñuelo es mío, jejeje", luego bajo al comedor para el desayuno, Simón se despertó mas tarde de lo habitual y se alisto para bajar a desayunar, aunque a Lea la vestían y atendían, Simón no quiso que lo ayudaran, no solamente porque era tímido sino además porque le gustaba hacer las cosas por si mismo. 

Tomaron el desayuno y pasaron el día relajándose, esta rutina siguió por varios días, hasta que llego por fin la llegada del Abuelo de Lea.

Ese día Lea se despertó mas temprano de lo habitual, una noche antes estaba muy nerviosa por la llegada de Dio Basset, el era un personaje totalmente nuevo para ella, en la novela solo mencionaron su nombre por lo que no sabia sobre su personalidad o sus gustos, aunque sabia que quería mucho a su nieta no estaba seguro si la aceptaría a ella y a Simón.

Incluso Simón que es normalmente tranquilo, se miraba un poco incomodo, seguramente la actitud de Lea le había afectado en cierta medida, Dio había anunciado su llegada para la hora del almuerzo después de arreglar algunos asuntos en la sede principal de sus negocios, Lea había ordenado a todos hacer varios platos para estar preparados, había elegido un traje especial para su buñuelo era un conjunto de camisa y pantalón de un lindo tono gris, que le hacia lucir aun mas lindo.

Cuando llego la hora de la llegada de su Abuelo todos lo esperaban en la entrada de la mansión, Lea tomada de la mano de Simón observaba como una hermoso automóvil de color negro se acercaba a la entrada, vio con emoción hacia la dirección y espero a ver a su famoso abuelo.

Cuando la puerta del auto fue abierta, la pequeña Lea  abrió los ojos y la boca simultáneamente

"Diablos" dijo con un tono de sorpresa dejando a todas las personas que esperaban junto a ella y Simón aturdidas. 

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Hola amigos aquí Gato azul, espero que sigan al día con la historia, jeje espero que sigan dándome su apoyo para continuar con esta historia que se esta volviendo mi dulce bebe(:

Leo sus comentarios cariños (*v*)/

Me robare al hermoso villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora