Me robare al hermoso villano

Parte 80

El teléfono de Jay empezó a sonar como loco, al ver el identificador de llamadas su rostro se distorsiono. Tomo la llamada y una voz llena de alegría sonó por el teléfono.

—¡Diablos Jay! Tu horrible rostro esta por todas partes— dijo Ally con fingida preocupación.

Los dientes de Jay se apretaron, lo último que quería en este momento era hablar con la fastidiosa Ally colgó antes de siquiera responderle. Ally abrió los ojos ofendida cuando sonó el pitido familiar y se apresuró a llamar a Simón para quejarse.

Simón estaba desayunando junta a Lea cuando la impertinente llamada de Ally llego, al ver su teléfono lo dejo en la mesa tranquilamente. Lea quien estaba por empezar sus wafles miro de reojo.

—¿No contestas?

Simón saco un poco de jugo de naranja y se lo sirvió tranquilamente.

—No es importante— respondió.

El teléfono siguió sonando por dos minutos más cuando por fin se quedó en silencio, cuando el ruido dejo la habitación comenzó a sonar el teléfono de Lea, esta se quedó en blanco. Tomo su teléfono y vio un número desconocido.

—Si— sonó su voz cautelosa.

—¡Oh señorita…jefa!... Perdone las molestias, pero ando llamando a nuestro jefe y el muy desgr… mjm… digo el parece que está muy ocupado, ¿Podría usted pasármelo por favor jefa?

La mente de Lea se quedó en blanco y extendió el teléfono a Simón.

—Es para ti— le dijo confundida.

Simón levanto la ceja sorprendido, tomo el teléfono de Lea quien escucho perfectamente el rugido de la mujer al hablar con Simón.

—¡Diablos Simón! ¿Por qué es tan difícil comunicarse contigo? ¿Dónde estás? ¿Has visto las noticias? Por cierto, es la señorita jefa quien me atendió, su voz sonaba tan dulce, ¿Cómo alguien tan linda como ella podría caer en tus manos?

Lea casi se ahoga cuando escucho sus palabras, sus mejillas se enrojecieron ¿Sonaba ella muy linda por teléfono? Como puede ella superarse una y otra vez. ¿Pero no era eso genial? Su buñuelo no podría dejarla en esta vida aunque quisiera. Simón frunció el ceño al escucharla.

—¿Qué quieres Ally? — dijo mientras untaba un poco de jalea en una tostada y se la colocaba a Lea en el plato.

—Simón ¡Idiota! ¿Has visto las noticias? Esta vez Jay se metió en un lio grande, sino actuamos luego esos viejos zorros tomaran la delantera.

—Bien revisare… Estén atentos a las instrucciones— respondió metódicamente mientras colgaba el teléfono, se lo devolvió a Lea y se puso de pie.

—¿Algo malo? — pregunto Lea preocupada.

Simón negó con la cabeza.

—No lo sé, pero debo irme, termina tu desayuno y quédate en casa si puedes aun estas demasiado agotada para correr por todas partes, además necesitaras esa energía extra más tarde— le dijo mientras una sonrisa pícara se dibujó en su rostro.

La boca de Lea cayo, ¿Cómo podía decir palabras tan vergonzosas tan fácilmente? ¿Acaso Simón fue cambiado mientras dormía? Volteo rápidamente con temor a que alguien hubiese escuchado, decidió enfocarse en su desayuno e ignorar a la persona desvergonzada que la despedía.

Cuando Simón se fue tomo su teléfono y esperaba ver videos de los próximos nominados cuando una noticia invadió un gran anuncio. “El heredero escondido de la familia Lam aparece”; los ojos de Lea se agrandaron, leyó rápidamente la noticia y se quedó sin palabras. Todo su trabajo duro fue inútil nadie hablaba de sus películas, todos estaban enfocados en la historia de Jay y su familia.  Apretó los dientes molesta. Ese maldito tío suyo necesitaba un escarmiento severo esta vez.