3.

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—pero es que tu eres tonto, mi hijo—dijo su madre mientras lo secaba con una toalla.

Su padre estaba enchufando el secador de cabello—si el vecino no nos avisaba entonces andarías todavía por ahí bajo la lluvia.

—hacia tiempo que no caminaba dormido—señaló Gong myung de brazos cruzados, apoyado en el sofá—¿te ocurrió algo?

—no... no sé por qué me fui—susurró, todo su cuerpo estaba frío, no lograba entrar en calor por más que su madre hasta le había puesto compresas de agua caliente dentro de las mantas que lo abrigaban. 

—¿no recuerdas nada?—esta vez su padre le miró con pena—el tal John te ha traído hasta la puerta, dijo que te estabas yendo para el descampado, menos mal te agarró, con eso de que andan los buitres vaya uno a saber que te podría haber ocurrido.

—mira y mejor que no vayas a la escuela mañana, seguirá lloviendo y te puedes enfermar—su madre termino de secarle el cabello con la toalla y su padre empezó a pasarle el secador—toma la leche calentita así te llevamos a la cama.

—cerraré las puertas y mantendré la llave conmigo—dijo Gong Myung—me iré a dormir luego.

Sus padres lo llevaron a la cama, faltaba poco para que dieran las seis de la madrugada, Gong Myung debía levantarse en al menos cuarenta minutos, seguro iba a quejarse todo el día que por su culpa no pudo dormir bien, por suerte su padre y madre podrían descansar un poco más, y él no iría a clases.

Afuera seguía lloviendo y en la boca del estómago sentía una sensación extraña, no recuerda cómo se encontró con Johnny bajo la lluvia pero recuerda la pesadilla que tuvo ¿podría ser que ambas realidades se mezclaron?

Mientras se volvía a quedar dormido, algo extraño vio por el rabillo del ojo, unas uñas largas y de color negro se deslizaron por la pared de su habitación, pero Doyoung estaba demasiado cansado cómo para volver a abrir los ojos y averiguar qué estaba sucediendo.

Así que se durmió con una presencia desconocida.

El resto del día continuó lloviendo, su madre le preparó una sopa de avena con vegetales, también hizo patatas al horno y cocino un poco de carne, Gong Myung tuvo una emergencia en la morgue, como no había muchos médicos disponibles tuvo que ir a dar una mano, llamó llorando porque realmente no quería hacerlo, odiaba ir a la morgue aunque solo fuera de apoyo. Así que por eso su madre decidió cocinar pastas para la cena, así le subían el ánimo a Gong Myung, incluso un flan de vainilla para el postre.

Doyoung se fue a sentar al cobertizo para observar la lluvia, le asfixiaba estar todo el día en casa sin hacer nada pero tampoco tenía ganas de estudiar y mucho menos ánimos para leer cómics. Estaba cubierto por dos mantas cuando de pronto vio a el vecino salir con un paraguas y sosteniendo una taza.

Johnny le saludó y bebió de su taza, antes de que se percatara, el vecino estaba cruzando la calle para encontrarse con él.

—¿cómo te encuentras hoy?—le preguntó de una manera tan educada y locuaz.

El vecino emanaba clase, Doyoung no conocía muchas personas así—estoy mejor, lamento haber causado problemas anoche, suelo caminar sonámbulo...

—cacciatore—murmuró John, cerrando su paraguas al entrar debajo del cobertizo—deberías tratarte, no siempre vas a tener suerte.

—¿qué dijsite primero? Sonaba como francés—señaló con interés, ignorando lo demás, encontrando su mirada con los ojos miel de Johnny.

—es italiano—corrigió con una sonrisa el hombre—tu padre me ha dicho que los buitres andan alrededor, si no tienes cuidado van a atraparte los cazadores.

Art Deco JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora