8.

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Doyoung pudo regresar a su casa y Johnny se fue por el bosque otra vez, algo le daba mala vibra pero no estaba seguro de qué, esta inseguridad y desconfianza por todo comenzaría a afectarle, a lo mejor y pronto terminaba en un manicomio, qué tal, Doyoung el loco.

—por fin llegas con los huevos, fuiste a ponerlos o qué—su madre le quitó la caja de las manos y Doyoung rodó los ojos.

—sí, me duele el trasero de sacar tantos—sacó la lengua y decidió que no estudiaría más, de todos modos ni se podía concentrar.

—vete de aquí, guarro.

—pero si tu haz comenzado.

Subió las escaleras y llegó hasta su habitación, se desplomó en la cama y pensó en Johnny, era un hombre tan misterioso que no podía evitar imaginarse un escenario de aventura con él, vaya que si se entusiasmaba tanto terminaría perdiendo el semestre porque era tan bueno distrayéndose.

—un momento—se incorporó de la cama desorientado—¿qué edad tiene?

Se veía de veintitantos, quizás hasta veintisiete pero si era ¿profesor dijo? ¿Investigador? ¿oficial de policía? ¿Detective? ¿Cuál dijo que era su profesión?

—¿qué edad tiene?—se repitió en voz alta, pestañeando repetidas veces—huh, Doyoung con un hombre mayor, Sicheng no me creería.—se burló de sí mismo, divertido.

—¡¿Doyoung, no estabas estudiando?! ¡ponte a estudiar otra vez!—gritó su madre desde la planta baja.

—¡pero es que no se le deja a uno tranquilo en esta casa!—tiró su almohada contra la puerta y gruñó, yendo a recogerla enseguida antes de que se ensucie, todavía no había barrido su habitación.

Johnny esperó a que Doyoung entrara a su casa y luego miró su mano, tomó una bocanada de aire y acercó la palma hasta la punta de su nariz, donde aspiró el aroma fresco del joven, negó con la cabeza y continuó su camino entre los árboles del bosque, había entre ellos una sombra siguiéndolo desde hace días, precisamente desde la noche de la fiesta.

Fingía no darse cuenta para ver hasta dónde querían llegar, tenía dado por seguro que podía enfrentar a cualquier oponente, después de todo no era un sangre azul declarado en vano.

Sin embargo, todavía le molestaba ser espiado como si fuera un ratoncito a punto de ser atrapado, sus agudos ojos aún no podían atrapar el rostro de la sombra pero su olfato ya había registrado un aroma conocido y ese tipo no era un aliado de Kang Joon, lo cual lo podía deducir si era algo bueno... o malo.

Compró dos botellas de vino y la señora de la tienda le echó una mirada de desapruebo—demasiado alcohol, joven.

—solo cinco botellas en lo que va de la semana—contestó divertido, omitiendo que compró dos cajas en la ciudad el viernes pasado.

—cinco botellas es mucho.

—no se preocupe demasiado.

Johnny caminó de regreso a su casa con una botella en cada mano, lentamente y sin apuro, no quedaba lejos y de paso disfrutaba el aire fresco, antes de entrar a su propiedad, vio al hermano mayor de Doyoung llegar, desde donde estaba podía oler su frustración, el joven Gong Myung llevaba unos días difíciles en el trabajo y sin duda era un buen actor porque siempre cada vez antes de entrar a la casa, él sonreía como si todo estuviera bien.

Abrió la puerta y entró, en Deco no hacía falta poner llaves a las puertas, uno podía hasta irse todo el fin de semana largo y dejar la casa abierta y nadie entraría, a Johnny le gustaba ese ambiente hogareño pero al ser un lugar tan pequeño, todavía habían algunas incomodidades, como la señora de la tienda que ya creé que tiene un problema de alcoholismo y que posiblemente le cuente a todo el barrio.

Pero es que el alcohol no era un problema en su vida, agarró un descorchador y abrió el vino, sirviéndose una copa hasta el borde, no era la mejor calidad pero era lo mejor que podía tomar hasta su siguiente viaje a la ciudad, en donde compraría tres cajas esta vez.

Entró al cuarto privado, el cual tenía las cortinas más gruesas y las ventanas aseguradas para que nada pudiera escaparse, en el centro de ella la caja de dos metros de madera estaba cerrada y la tapa no parecía haber sido abierta en ningún momento. Johnny tomó asiento en la silla de terciopelo junto a ella, bebiendo de su copa.

—John—dijo una apenas audible voz.

—¿sí?—Johnny sacó del bolsillo su navaja, preparándola.

—hay alguien más en la casa.

—lo sé—sus ojos se ampliaron ligeramente cuando escuchó.las cadenas dentro de la caja hacer ruido, su corazón se aceleró por la adrenalina de que su prisionera quisiera salir, podía oírla forcejear con las esposas—no tienes que preocuparte.

Ella rio delicadamente—él que tiene que preocuparse eres tú.

Johnny se levantó de la silla y caminó sigilosamente, dejando su copa en el piso, colgada de la navaja estaba una de las llaves del cajón, abrió la pequeña apertura y le vio el rostro a la pequeña bestia que había cazado, sus ojos grandes y negros le miraron fijamente y sus hambrientos caninos le gruñeron, antes de que pudiera reaccionar, Johnny la degolló—ve a dormir otra vez.

Unos pasos se oyeron por el pasillo y Johnny suspiró, cerrando la abertura con llave nuevamente.

—me preguntaba qué hacía el gran John S. En un pueblo desamparado, ahora estoy intrigado.

—Jaehyun—de todos los dolores de cabeza que podían encontrarlos, en el fondo agradecía que fuera él—no te esperaba.

—sabías que estaba aquí pero me di cuenta de algo—el vampiro miró sus uñas, apoyándose en el marco de la puerta, de reojo lo miró—no pudiste verme.

—no pudiste esconderte bien, probablemente notaste eso también— bebió de su copa y mantuvo la mirada conectada con la de Jaehyun.

—correcto, estoy muy curioso sobre lo que estás tramando.

—es simple, si fueras un poco más precavido entonces averiguarias antes de aterrizar—Johnny le entregó su copa y el vampiro bebió hasta la última gota con ansías—Deco fue campamento de cazadores, éstas tierras están bautizadas.

—¿es por ese bicho que tienes ahí?—señaló, no queriendo acercarse.

Johnny sonrió de lado y limpió la sangre azul de su navaja—sin comentarios al respecto ¿quién te envió?

—no vine por ti—aseguró—estoy trabajando alrededor.

—sí, seguro.

—tampoco confío en ti, continúas teniendo esa manía extraña de degollar a los demás—destacó Jaehyun, haciendo una mueca—Kang Joon pudo haber muerto de verdad.

—es una lástima que no lo haya hecho, Sung Kyung y yo lo hicimos pedazos, esa maldita cosa debería estar en el infierno.

—es uno de los supremos—le recordó el vampiro, admirando la copa vacía—¿acaso quieres una masacre?

—la masacre ya está, lo que yo quiero es el cambio—Johnny hizo a un lado a Jaehyun y salió de la habitación, cerrándola con candado—ya no estamos en el siglo dieciséis, busco la revolución, quiero que se termine la monarquía de una vez.

—pero tú formas parte de la monarquía, eres el hijo de—antes de que pudiera continuar hablando, Johnny le cubrió la boca con uno de sus dedos.

—di su nombre y te degollare también.


Nota: 👁👄👁 revelaciones 👁👄👁

Art Deco JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora