4.

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—ahora si tienes mejor aspecto—señaló su madre mientras lo veía prepararse para ir a clases.

—si, casi no recuerdo qué ha pasado en los últimos días pero es bueno que la fiebre se haya ido, pensé que moriría—Doyoung se sentó a desayunar y su padre le miró fijamente.

—pensé que morirías, antes era bastante común que los jóvenes murieran por fiebres.

—wow, que alentador.

—es bueno que no haya muerto ¿si no quién va a ir a comprar?—Gong Myung le entregó un par de billetes y Doyoung suspiró, rodando los ojos—tráeme dos cajas de ravioles cuatro quesos, y mamá quiere pollo frito de su lugar favorito así que asegúrate de comprarlo justo antes de subir al tren.

—va a llegar frío de todos modos, bien, el lacayo se va a estudiar.

—que lacayo más afortunado, antes no se les dejaba estudiar—rio su padre.

Si era honesto, volver a clases no le entusiasmaba pero qué de otra le quedaba, tenía que ser alguien en la vida y prefería ir a la ciudad un rato que estar otro día encerrado en su casa donde su madre no dejaba de decirle que ventile la habitación y ya que estaba de paso que ordené la de Gong Myung.

Deco seguía siendo Deco, mientras caminaba hasta la estación de trenes, se perdió en los altos pinos, el camino siempre era bastante desolado, pura calle de tierra con piedras y ninguna casa a la vista, los lotes del alrededor eran privados, supuestamente eran para construir otra escuela y otro hospital pero nunca se llevó a cabo porque no había mucha población.

Mientras caminaba escuchó el ruido de un auto, también la tierra empezó a levantarse, odiaba cuando eso pasaba porque su cabello se ponía duro y su piel áspera, el vehículo pasó de largo y luego frenó.

Doyoung lo reconoció, era el único en el pueblo.

—¿a dónde te diriges?—Johnny le preguntó cuando llegó hasta donde tenía la ventanilla baja.

—voy a la escuela.—murmuró, sujetando las correas de su mochila.

—pasaré por la ciudad ¿quieres que te lleve?

Doyoung miró al camino más allá y luego al automóvil de Johnny—gracias—dijo con una gran sonrisa, subiéndose de inmediato. El recorrido sería menos que en tren, de hecho, ni siquiera sería una hora y media, le enviaría un mensaje a Kun para que se encontraran a cotorrear un rato antes de la clase.

—¿cómo haz estado? Te veías bastante enfermo.—Johnny iba solo de una camisa de seda azul oscuro, parecía hasta negra, llevaba abierto los botones del pecho así que se veían sus llamativos tatuajes.

—por suerte ya estoy mejor, seguro ha sido por el cambio de clima, mi hermano dijo que por fortuna no agarré neumonía.

—tienes que ser más cuidadoso, incluso ahora haz salido con tan poco abrigo—Johnny le escaneo de arriba hacia bajo y por un segundo Doyoung se sintió avergonzado, que alguien tan guapo le mirara tanto le hacia sentir incómodo.

—llevo un suéter en mi mochila—susurró—y tu tampoco vas muy abrigado...

Johnny rio divertido, Doyoung se quedó prendido en su risa, como si fuera un hechizo—llevo un abrigo en la parte trasera del auto, de cualquier manera, deberás pedirle prestado a alguien una campera, va a llover.

—¿hoy?—miró por la ventana y vio el cielo azul más brillante que en pleno verano— imposible.

—créeme—Johnny le guiñó y continuó conduciendo.

Art Deco JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora