Prólogo

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Y ahí estaba él, con esa chica, con la que sospeché que me era infiel, pero no quise creerlo.

Las manos me sudan demasiado, y tengo los ojos empapados de lágrimas.

Todo el mundo me lo dijo maldita sea.

-Soy una estúpida- digo sollozando, y con la voz quebrada.

-Shh, shh, ya, preciosa- dice una voz masculina a mi lado.

Tiene unos ojos que me recuerdan al cielo, lo que no sabía es que se convertiría en mi cielo

Tan amante del cielo, como de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora