玉:NUEVE(九)

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Seungyoun se despertó con humor demasiado agrio e irritable, apenas podía creer que Kim Wooseok se había atrevido a darle una paliza otra vez.

No ayudó a su humor, darse cuenta que estaba encerrado y que tendría que esperar hasta que cualquiera de los dos culpables de su encierro se apareciera otra vez.

Suspiró con amargura.

Se sentía muy adolorido y agraviado.

Por lo que cuando notó que la barrera se iluminaba y desaparecía, maldijo entre dientes y se encaminó a la puerta. Por supuesto, fue detenido por Han Seungwoo.

—¿A dónde vas?

—No eres mi maldita madre.

Seungyoun volvió a intentar cruzar la puerta, pero rebotó contra el hombro de Seungwoo que no se inmutó ni un poco.

—¡Mierda! ¡Estoy hambriento! ¿¡Me van a prohibir comer también!?

Seungwoo frunció las cejas y sintió sus mejillas acaloradas por la indignación. ¡Este Cho Seungyoun realmente tenía una personalidad desagradable! ¡No podía creer que se dejó engañar por alguien así!

El resentimiento de Han se avivó.

—Ya es demasiado tarde, incluso si sales, no encontrarás nada de comer. Vuelve a la cama y espera hasta la mañana.

—¡No me jodas! ¡Dile eso a mi maldito estómago! ¡No es mi culpa que un bastardo me haya encerrado todo el día y me haya perdido la cena!

—De todas formas, no puedes salir. Espera hasta mañana.

—¡Yah! ¿¡Crees que todos somos un jodido soldadito como tú!? ¡Moriré de hambre antes de que amanezca!

Seungwoo entendía la molestia del otro, él había sido drenado de mucha energía antes, y no había comido nada durante el día, debía estar desesperadamente hambriento.

Si esto hubiese ocurrido antes del aro de disciplina, Seungwoo habría usado su rango como estudiante y asistente de Wooseok para hacer que alguien en la cocina le hiciera algo de comer a su compañero, pero debido al resentimiento que había crecido en su interior, no estaba dispuesto a ayudarlo más.

—Eres una broma, Cho Seungyoun. —resopló con frialdad—

—¡No me vayas a culpar si mañana voy por ahí vociferando ante todos que tu Mariscal de piedra me dejó muriendo de hambre justo después de atacarme con su látigo de mierda! ¡qué hombre tan irracional y cruel!

Seungwoo jadeó de enojo y agarró a Seungyoun de la parte delantera de su camiseta.

—¡Cho Seungyoun! ¡Te advierto que no permitiré que afectes la reputación de Wooseok!

—Heh, así que puedes llamar al Mariscal por su nombre tan casualmente. ¡Ustedes dos deben estar teniendo mucha diversión a solas! Además, ¿qué harás exactamente si quiero dañar la reputación de tu Mariscal?

Seungwoo no entendió la mitad de las palabras de Seungyoun y no estaba acostumbrado a las peleas verbales, por lo que respondió con un insulto torpe.

—¡Eres asqueroso!

Cho sonrió con desdén.

—No tan asqueroso como tu maldito olor. ¡Deja de esparcirlo por todos lados! ¡Hueles a prostituta!

Debido a las circunstancias difíciles en las que Seungwoo creció, a veces sentía que no tenía una identidad o nada que le perteneciera y eso lo entristecia.

Sin embargo, siempre se consolaba al recordar las palabras del Señor Han y de Wooseok, quienes aseguraban que su olor era idéntico al de su Madre.

JADE (SeungSeok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora