Capítulo XIV

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—Dame la sal. —Levantó la mirada de su bol con arroz. ChanYeol le habló desde el otro lado de la mesa—. Te dije que me dieras la sal.

—Chúpame la polla.

—¡Hijo de puta!

Se hizo hacia atrás al ver que ChanYeol tomó el cuchillo de mantequilla, ante lo cual MinSeok detuvo los movimientos del chico tomándolo del brazo. Desde el fondo de la mesa se escuchó un suspiró y luego unos palillos metálicos sonaron contra el plato, produciendo un sonido estruendoso. KyungSoo arrastró la silla al hacerse hacia atrás para levantarse.

—¿Cuánto tiempo seguirán así? —El doctor apoyó las manos sobre la mesa, visiblemente molesto—. Ya llevan cinco días. ¿Cuánto tiempo más tendremos que soportar esta mierda?

BaekHyun bajó la cabeza y se concentró en su plato de arroz. Deseó perderse entre la blancura del mismo y desaparecer de una puta vez.

La situación fue insoportable desde el minuto uno. ChanYeol le tiraba mierda y él respondía, sin saber qué hacer para sentirse menos... indefenso. Maldición, el chico lo besó y para BaekHyun un beso significa un aprecio mínimo hacia el otro. No obstante, ChanYeol simplemente lo echó de la habitación esa noche y se vio obligado a dormir en el sofá, cubierto con muchas mantas y con la luz de la luna dándole directo en la cara, dejándole en claro que no estaba ahí para una estúpida luna de miel.

A BaekHyun se le nublaron los ojos esa noche por toda la vergüenza que le hizo sentir la mierda esa. Cuando despertó las cosas no fueron mucho mejor. El tipo lo ignoró y con lo que pasó lo prefirió así, pero cuando estuvieron obligados a tener algún tipo de contacto solo fueron insultos e infinitas ganas de pegarle un puntapié. Aún no podía creer que se le pasó por la cabeza que besarse sería buena idea.

Para la segunda noche MinSeok lo recibió en la habitación que compartía con JongDae y este se fue con el pelinegro, prometiéndole —antes de irse— que intentaría solucionar la situación. Sin embargo, eso solo tensó más al alto, quien ahora se esforzaba por sacarlo de quicio cada vez que podía.

Aún no terminaba de entender, no le cabía en la cabeza que ChanYeol actuara de esa forma. No obstante, viéndolo ahí, del otro lado de la mesa con los brazos cruzados y el ceño fruncido, pensó que utilizaba algún tipo de mecanismo de defensa o una mierda de esas.

—Voto porque uno de los dos se vaya de la casa —dijo un chico cualquiera desde el sofá mientras limpiaba su arma.

—¡Pero esta es mi casa!

Al parecer solo a él le sorprendió el grito de ChanYeol. Es decir, ¿qué mierda? ¿La casa del bastardo ese? ¿Siquiera tenía algo que fuese suyo más allá de la ropa?

—Y el otro es Byun BaekHyun. No podemos sacarlo como si nada —susurró YiFan desde la cabecera de la mesa mientras se llevaba las manos a la cabeza como si la situación lo superara—. De igual forma, volveremos pronto a la base. En cuanto a ustedes dos. —Los apuntó de forma acusadora—. Intenten llevarse mejor, por favor. Compórtense como los adultos que se suponen que son. Parecen una pareja —bromeó.

ChanYeol abrió la boca, dispuesto a refutarle o tirarle mierda al otro, pero fue BaekHyun quien habló—: Jódete.

Se puso de pie y se encerró en el baño del primer piso. Después de todo, no podía ir a ningún lado sin que alguno de los tipos de la casa lo vigilara. Incluso al moreno ese le daba más libertad que a él, considerando que todos sabían que era famoso en Norteamérica.

Se sentó sobre la tapa del inodoro y sacó un pedazo de papel higiénico para trazar los dedos sobre las figuritas de nubes que se formaban en la superficie. Sintió su corazón estrujándose dentro de su pecho por alguna razón que aún no lograba entender, pero seguía apareciendo ante él aquel compañero del colegio que lo rechazó luego de su primer beso. El recuerdo se superponía sobre la imagen de ChanYeol, dejándole un mal sabor de boca, casi como si la historia traumática se repitiera.

Infamia • || ChanBaek || [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora