decem

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Suspire al odiar despertar en la misma posición en la que había dormido ocasionando una enorme incomodidad que me hizo moverme poco a poco hasta quedar de costado inhalando de sorpresa al toparme con el cuerpo de Crowley acostado a un lado mío el cual ocasiono que me hiciera para atrás como un acto reflejo quejándome de dolor a causa del brusco movimiento.

-No te muevas tanto - la luz de la noche que se colaba por la ventana revelo el torso desnudo del noble.

-¿Qué haces aquí? - murmure ante la extraña costumbre al ser de noche.

-Bueno, estas en mi cuarto - abrió sus ojos mirándome de forma un tanto intimidante.

-Nadie te pidió que me trajeras hasta aquí - rezongué enojada viendo como se acercaba a mi aprovechándose de mi limitada movilidad.

-Puedes irte si asi lo deseas, - sonrió amigablemente sacándome de mi zona ante la inesperada respuesta - pero antes de que puedas dar un paso fuera de esta mansión, yo ya te habré encontrado para traerte de vuelta hacia mi.

Agotada de la situación, me aleje un poco con cuidado poniendo aunque fuera un milímetro de distancia entre el y yo.

-Entonces, ¿para que me trajiste? - volví a preguntar sin muchas esperanzas odiando que tuviera razón. No tardaría ni un segundo en volverme a capturar, seria patético.

-Siendo franco contigo, ni siquiera yo lo se - fruncí el ceño viendo la seriedad en su rostro.

-¿De que estas hablando? - solté verdaderamente indignada y hasta decepcionada de la respuesta.

-Estoy igual de sorprendido que tu. Un noble raptando a una humana - negué ante lo absurdo que sonaba en voz alta - Aunque si lo pienso bien, me pareciste alguien bastante interesante, incluso podria decir que sentí atracción después de tantos años - confeso mirándome con cierta diversión brillando en sus ojos.

-Vaya suerte la mía - solté un tanto mareada por la informacion.

-Querías una respuesta, ¿no?

-No la acepto. Te odio.

-Ya veremos - poso la yema de sus dedos sobre el costado de mi frente clavando su mirada en la mia para después acercarse lo suficientemente como para rozar su nariz con mi piel deteniéndose ahí - Buenas noches, Corderita.

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Extrañaba a Guren, Shinya y deseaba ver a mi escuadrón para saber si se encontraban bien.

La imagen de Mika vivo me hizo darme cuenta del sufrimiento que Yu y yo habíamos estado cargando en vano por tanto tiempo provocándome una sensación extraña en el pecho como de angustia la cual solo llego para hacerme sentir inquieta. Una semana había corrido desde mi llegada siendo un estire y afloje con aquel noble en cuanto a la convivencia, volviéndose todo un reto al no cooperar en lo absoluto ante su amabilidad y atención.

La herida en mi espalda con la que llegue estaba curándose bastante rápido permitiéndome moverme con mayor libertad y comodidad, siendo ahora el tobillo el único inconveniente en cuanto mi exploración por la enorme habitación. La ventana se convirtió en mi lugar favorito al poder conectar con la realidad del exterior la cual hace tiempo que no gozaba a causa de la incesante vigilancia que tenia, llegando claramente a confiscarme mi arma demoniaca.

Cerré la cortina con cierta violencia al recordar mis días tortuosos viviendo en Sanguinem.

Aun no terminaba de comprender las razones por las que Crowley me había llevado a aquel lugar resultando en algo ilógico e incluso estúpido siendo un pensamiento que él y yo compartíamos. No daba la pinta de ser un hombre impulsivo y mucho menos arrebatado en aquellos temas por lo que estaba dispuesta a descubrir sus verdades razones.

CATARSISWhere stories live. Discover now