9.4 Shoot

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—Esta casa es más grande de lo que me esperé de ustedes.

— ¿Ah?

—Me sorprende que esté limpia y no la hayan quemado. Es todo.

—No le hagas caso, sabes que es un mal intencionado.

Jimin hace un juguetón puchero, claro que lo sabe, no quita que estuviera dudoso de porque precisamente dijo eso. Entran a la vivienda amplia y de un piso. La sala de estar es pronto ocupada por el pintoresco grupo que pronto fue examinado por el trio de perros que llevan rato ladrando.

— ¿Y Jungkook dónde está? —pregunta Jin viendo en lo que alcanza su vista.

—De-debe estar ocupado con algún cliente. —Se excusa con risa nerviosa. Namjoon cruza las piernas y los brazos.

— ¿Importa más le cliente o sus suegros? Más le vale aparecer y como tenga mala cara quemo el maldito documento que van a firmar.

—Namjoon. —Lo codea y Yoongi ríe entre dientes.

—Su hijo ya tiene veintinueve años, debe estar bien grande para que sus padres hagan esa clase de amenazas al prometido. —opina Taehyung dándose toques en la mejilla.

Namjoon bufa ¿Importa que edad tenga Jimin? Es su hijo. Es todo lo que importa y ahora que puede estar más cerca de él es aún más relevante estar al pendiente. Jimin hace atrás su cabello, nervioso por la imagen de su familia ocupando la sala.

Van muchísimos años desde que no los ve a todos juntos y están así reunidos. Realmente desde esa primera conversación no habían coincidido en espacio físico. Sonyeondan ha tenido problemas varios debido a ser la mafia más grande de Corea. Aparte de reforzar las identidades que deben permanecer ocultas, muertas, etc. Otros grupos se han hecho presentes y amenazaron fuertemente.

Por pura suerte no pasó nada grave y por más suerte Jimin no estaba para vivir ese momento que sin dudas lo hubiera puesto en más peligro. Afortunadamente pudieron decir que su hijo murió hace mucho y de esa manera no fue un blanco; dado que ni siquiera se apellidan igual fue aún más fácil decir que Jimin es un "amante" que mantienen en el extranjero.

Cosa que apenas alguno que otro "supo" y ya está bajo tierra.

Hasta ahora es que todo parece en santa paz. Al nivel de que Yoongi ya es líder de Sonyeondan y Namjoon puede finalmente salirse de esta sin perder el contacto en caso de que Yoongi lo necesite. En teoria, puede decir que Namjoon tuvo que esperar tantos años para poder zafarse de lo que tanto estuvo amarrándolo.

Por tanto, Jin también es libre.

El único problema es que Namjoon figura como muerto es los registros de Corea y tendría que resolver ese asunto en algún momento. Por ahora, disfrutar que pueden estar para este momento tan importante en el que Jungkook y Jimin decidieron casarse. El aviso vino tan de repente que Namjoon literalmente chocó con una pared y hundido un poco la misma.

No es de los que impedirá la boda... Sino de los que mantiene un ojo encima y al más mínimo indicio de infelicidad o maltrato ya se sabrá de un coreano de veintisiete años muerto en una zanja.

—Mejor voy a buscarlo, quizá se quedó secándose el cabello. Desde que lo tiene largo intenta cuidarlo más.

—Mientras no se haga cortes vikingos como alguien que conozco, todo bien. —Hoseok aguanta la risa, Namjoon solo bufa cruzándose de brazos. El undercut no tiene nada de malo.

Jimin, a pesar de que tocó la puerta no obtiene respuesta. Entra a la habitación que como todas son insonorizadas. Cierra rápido debido a la discusión que está a poco de ser el parlante sin estar activado.

— ¡No les pido que me lancen flores, solo quiero que...!

¡NO VOY A ASISTIR A LA BODA DE UN MARICON!

—Kookie mejor no-

—Mamá, por favor, esto... Es importante para mí. A-además los padres de Jimin-

Otros maricones.

—Van a estar ¿Por qué ustedes no? Al menos... en la fiesta. Es-

Jimin cuelga la llamada y Jungkook queda con la incómoda expresión en su rostro. Si bien Jimin no se vio con sus padres todo este tiempo porque hay motivos ajenos a ellos... Jungkook no ha podido hacerlo porque estos lo rechazan totalmente.

—Hey, está bien.

—No lo está. —Hace su cabello para atrás y poder atacarlo con una liga negra, lo tiene casi hasta los hombros de color marrón. Jimin por su parte lo tiene de un suave celeste que lo hace ver bastante tierno.

—Si no van a aceptarlo no intentes que lo hagan. Amargarte por eso no vale la pena—Lo toma de la cara y aprieta las mejillas—. No te consideran parte de su familia por no ser "normal", así que tú tienes que dejar de considerarlos tu familia ¿O me vas a dejar?

—Por supuesto que no. Si quisiera eso lo habría hecho hace dos años. —Jimin toma a Jungkook de la cintura.

Hace un par de años habían dicho que se podían ver siempre y cuando Jungkook dejara a Jimin y recapacitara de lo que estuvo haciendo. Obviamente Jungkook se negó al instante a ellos, solo ocasionó mayor distancia. Si bien ni siquiera le cruza por la cabeza haber aceptado, se pregunta qué hubiera pasado en aquel imposible caso ¿Lo dejarían ir a verlos?

—Solo tenía la esperanza de aceptaran esta vez que es... importante.

—Y yo de que no trajeran armas, hay imposibles en esta vida y no debes preocuparte por eso ¿Sabes? —Levanta el mentón del menor que siguió con expresión desilusionada—. Bangtan Sonyeondan es tu familia y con eso es suficiente. Ya están todos los que necesitamos en realidad.

—Si... es cierto. —Con las manos en la cadera de Jimin le da un suave beso en los labios, el más bajo sonríe complacido y feliz

. . .

—Venga, sé sincero ¿No extrañas ni un poco disparar o matar? Estuve de vacaciones por un par de semanas y aunque no es algo con lo que no puedo vivir, tenía cierto hormigueo en las manos. —curiosea Hoseok con ese aire tan animado que no cambia con nada.

Ellos siguen iguales. Como si los años no hubieran pasado en ellos.

Jimin y Jungkook por el contrario parecen más tranquilos y maduros. Una paz que trae vivir lejos de la amenaza de morir en un problema de bandos.

— ¿Por qué extrañaría eso? —replica ajustando el lente de la cámara y poniéndolo en el trípode.

—Quien sabe. La gente extraña cosas sin sentido. —Justifica Yoongi.

—Nadie extrañaría disparar. —dijo Jimin con gesto reprochante al nuevo líder de Sonyeondan

—Posiblemente yo si, por eso pienso ser instructor de tiro. —Agrega Namjoon.

—Yo tengo los disparos que necesito—comenta apuntando la cámara a Jimin que pone las manos en sus mejillas, el menor tomó la foto—. Prefiero estos, muchas gracias.

— ¿Y si...?

—Si alguien e atreve a intentar nada, pues adoraré disparar. Hasta entonces... Así estoy bien. Acomódense. —Coloca el arma en el trípode. Se acomodan y antes de que Jimin pueda replicar o intentar cambiar de postura lo cargo y beso en la camisa. Afortunadamente fueron varios disparos de cámara donde quedan las caras de todos.

Nada mejor que hacerlos aguantar su cursilería excesiva. Jimin acaba solo riendo en el suelo, avergonzado y cubriéndose la cara.

Bonita foto de una bonita vida y un perfecto disparo donde están juntos ¿Qué más puede pedir?

Shoot || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora