6.2 Temores Profundos

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Más tarde por la noche Namjoon fue sorprendido a medio vestir por una empleada diciendo que Jin estaba muy mal en la barra que tiene su padre. Bebiendo. Con el corazón a millón lo primero que hizo fue correr al lugar y ya seguido quitarle la copa a Jin de la mano. Este estaba recostado en la lisa superficie viendo a la nada sin expresión.

— ¿Qué crees que estás haciendo? El doctor te dijo hoy que-

—Lo sé... lo sé... Lo sabemos y... —Ríe de repente—. ¿Te imaginas? So aborto así nada pasó~ nada-de-nada—Salta aun riéndose. Namjoon lo ve como quien está frente a un loco e intenta hallar lógica—. Podré volver a la normalidad y aquí-na-da-pa-só.

—Asumo que no has bebido nunca y por eso estas así. Vamos al cuarto antes de-

—Noooooo... No, no... No. N-o. Nonono—Jin lo detiene de cargarlo. Namjoon evita que se caiga atrás en lo que Jin ríe—. ¿Para quéééé? La habitación solo lo empeorará. Me acabarás metiendo otro bebé y ya es malo con uno.

—E-eso suena asqueroso. —admite Namjoon, mal por la imagen mental que genera aquella frase. Jin hace un puchero con la cara totalmente roja.

—Me pondré gordo, feo, asqueroso... Es fácil, golpéame aquí. Tienes mucha fuerza y todo a lo que te acercas se destruye o muere. Hazlo con él. Anda, anda, por favor, te lo voy a agradecer después de una manera en que te guste. —ronronea encimándose en Namjoon que ya no encuentra la manera de alejarlo y que no le afecte tanto la tontería que anda diciendo.

—No te voy a-

—Hazlo, arréglalo, dijiste que me complacerías. Pégame y mátalo.

«Mátalo»

— ¡Mátalo!

«Mátalo... O acabará muerto él.»

Le da Jin una bofetada que no le quita todo el efecto de la bebida alcohólica, lo ensimisma con una cara de sorpresa única. No supo que tan duro lo hizo, la mejilla de Jin no tarda en enrojecerse e hincharse levemente. Sin problema lo pudo agarrar y cargar para llevarlo a la habitación que ambos comparten. Jin no lo ha dejado dormir con él las dos últimas semanas y por ello el mueble es su mejor amigo.

Es muy molesto tener la vista de todos encima ¿Qué no tienen nada mejor que hacer que enterarse de su vida? No entiende como su padre es capaz de disfrutar que esta gente se desviva únicamente por Sonyeondan. Es ilógico a su modo de ver. Una vez en la habitación deja a Jin en la cama y se queda en la computadora para ignorarlo.

—Por qué no me puedes com-

— ¡No te pienso complacer en nada que tenga que ver con matar ¿Vale?! —Jin se acurruca de lado para poderlo ver—. No es tan... fácil, no puedes pensar en matar a alguien que no tiene nada que ver. No ahora que ya está vivo; no ahora ya siente. Si realmente tantas ganas tenías de perderlo lo habrías pensando cuando nos enteramos, no ahora. —No tiene absolutamente nada en contra del tema, pero que Jin se arrepientan tan tarde lo molesta.

Pudieron haber hecho esto hace tres meses, incluso dos. No ahora.

No ahora que tiene la ilusión de ver como será... Aun si no se lo podía quedar.

—Pensé que harías cualquier cosa por mí—ronronea Jin. Levanta hasta recostarse en la espalda de Namjoon—. Me prometiste qué harías cualquier cosa por mi...

—Y lo hago. —responde Namjoon, lúgubre.

Jin no sabe cómo son las iniciaciones de Sonyeondan. No son tan completas en realidad, pero el cumple y único acto es algo que lo dejó bastante... mal. Más de lo que en primera estancia. El "ritual" es matar a alguien. Nada del otro mundo si lo vemos a la ligera, pero el detalle especial es que debe tratarse de un conocido cercano y querido o alguien que no tenga nada que ver con ellos. Que fuese un niño de doce o quince años, inocente.

Shoot || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora