5. Rap Monster & WorldWilde Handsome: Intro

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Ser superdotado a nivel intelectual funciona como un modo para contentar padres; también sus aspiraciones para ti a futuro -secretamente sus tiempos de vejez-, y si como en el caso de Namjoon eres hijo de familia mafiosa viene como anillo al dedo para el clan.

Nadie lo podrá tomar por tonto. Es excepcional la manera en que puede con problemáticas y tratos que a su padre le toma días pensar, imaginar y finalmente decidir. Kim Nam-Joon es un líder nato, todos a su peligroso alrededor lo consideran así y esperan su momento de tomar el negocio familiar. Hay un pequeño problema.

Él no quiere.

Si, hace todo lo que le dicen, pero es por temas de ser un menor de edad aun incapacitado para trabajar, historial de transfundo más que ilícito y deseo de no estar en la cárcel por complicidad. Ha estudiado muchos flancos y determinó que a los dieciocho diecinueve años podría irse -cuidando sus pasos-, para desentenderse del mundo en el que nació.

Sabe disparar, matar -sin haberlo hecho aún-, y demás detalles que son sinceramente inútiles: Quiere dedicarse a la música, a la producción o ser el mismo un rapero como lo que mejor le sale. Aun si la probabilidad de ser rapero va en contra, tiene la opción de productor y lírico. Con eso estaría bien y lejos de Sonyeondan. Su acercamiento a la edad le hizo tomarse mayores libertades:

-Mandar a la mierda el perfil bajo y hacerse el estilo que quería.

-Salir sin permiso alguno.

-Ignorar deliberadamente las tareas concernientes al asunto.

-Llenarse hasta las cejas de instrumentos y componer música en lugar de leer con respecto a sus lecciones extra.

Hace lo que quiere y eso incluye por supuestísimo que no responda a su nombre solo por molestarlos. Muy en cambio, prefiere Rap Monster.

Obviamente no es algo que sus padres aprueben para nada. No pueden estar más molestos y angustiados. No entienden cómo su hijo con un futuro tan lleno de poder en Sonyeondan lo rechaza por... por... ¡MÚSICA! ¿¡QUÉ CLASE DE GOLPE SE DIO!? Ni siquiera intentando detenerlo se puede hacer nada. Siempre haya el modo de escaparse a quien sabe dónde y ellos con la angustia de que lo maten.

El heredero no puede darse a la fuga. Estará al mando lo quiera o no.

Namjoon solo va a un sitio: Un café al aire libre donde distintas personas hacen presentaciones de lo que saben hacer. Atraen clientela y si es mucha el dueño da parte de las propinas que quedan. Al principio le fue horrible como esperó, no es alguien precisamente soñador e iluso y con el tiempo mejoró poco a poco. Atraía al menos a cincuenta personas y poco más. Obtenía una ligera paga, un café gratis y la satisfacción de estar haciéndolo bien.

Recibe notas con respecto a lo buenas que son sus letras. Mucho más de autoayuda que un libro y sin llegar a sonar excesivo. Dando un aire bastante entretenido. Aquello lo hace muy feliz, es lo que más quería lograr, llegar a la gente mediante música.

Sin embargo, se ha percatado de un detalle y es que aunque su público es variado y cambiante -una persona un día sí y una semana no-, hay alguien que está siempre ahí los lunes, miércoles, viernes y sábados a una hora puntual, sin excepción.

Puede reconocerlo fácilmente por lo bonita que es su cara. Admite haberse quedado viendo -aprovechando las gafas de sol-, para detallarlo mejor. Lo más resaltante aparte de su rostro perfecto es que tiene unos hombros enormes.

Que este siempre presente es como un ligero ataque a sus neuronas. Si viene siempre es porque le gusta y debe ir mejorando para que no se vaya. Su esmero en el asunto logra que más gente venga y el lugar este atestado. Otros forman una fila de más de treinta minutos, quizá porque ellos son más vocales.

Un viernes en el que llegó de discutir con su padre, práctica de tiro hasta que los brazos le dolieran y sentir que iba a terminar ahogándose en el mundo al que tanto trata de repeler... esa persona no apareció.

Lo hizo con mucha rabia y al terminar solo quería irse sin importar que le dieran su café gratis y propina. Al menos así hasta que escuchó una queja.

— ¡No puede ser! ¡Sabía que me mintieron! —Escucha reclamar. Ve por sobre las gafas al hombre de cara bonita y hombros anchos—. ¿Ahora cómo se supone que haga? —Rechista malhumorado. Namjoon terminó de ponerse su abrigo.

Listo para dar a la fuga como quien no está rencoroso de la inasistencia.

—Hey. Hola... Ehh —Lo mira con extrañeza. Es más bajito de lo que parecía estando en la tarima, al menos en su rango de ser un poste—. Tu eres el que rapea y rompe el micrófono ¿Cierto?

Ay qué vergüenza...

—Si. Bueno... si soy yo. —responde con las manos en los bolsillos. Nervioso y tragando duro. El contrario sonríe.

— ¿Me dejas invitarte a un café?

Esto es lo más extraño que me ha pasado en la puta vida. La mayor parte de su vida -y aún hoy-, ha sido el antónimo de la expectativa de las mujeres -y muchos hombres-, en cuanto a atractivo. Antes era un desastre hecho y derecho. Corte feo, cara redonda y los peores lentes que pudieron encontrarse.

Más que un perfil de Nerd, le crearon un perfil de soltero de por vida. Al menos ahora es su estilo y tal vez no sera el más adecuado para atraer atención, lo hace feliz, es lo que cuenta.

Nunca lo han invitados a nada por el problema anteriormente nombrado. Acepta titubeante y pronto tiene lugar en una mesa para dos, café y un pequeño postre.

—Entoncessss... Tu nombre es...—pregunta antes de llevarse un trozo de pastel a la boca. Namjoon no está muy seguro de si comer o sólo quedarse sentado respondiendo sus preguntas. Lo pensó un poco y...

—Rap Monster. —Lo dijo únicamente por ver cuál sería la reacción del otro.

—Mucho gusto Rap Monster, soy Worldwilde Handsome. —Casi se cae de la silla por la risa que le provoca tanto el nombre como la expresión tan confiada y segura muchacho. Esperaba que preguntara por su nombre real, no que dijera eso. No hace falta decir que acabó contagiado por la risa.

Es un tono muy dulce.

—Kim Nam-Joon. —dice quitándose las gafas de sol.

—Oh. Kim Seok-Jin—Se queda mirando fijamente. Logra incomodarlo—. Hasta ahora no te habías quitado las gafas en ningún momento. Es muy extraño.

—Sí, bueno, es una... —Se siente avergonzado—. Es licencia artística.

— ¿Como el pelo?

—Aja.

—RapMon... Digimon especializado en Rap. —Namjoon no sabe qué rayos pasa con este hombre y su sentido del humor, esto es muy raro y tiene el impulso de reírse solo porque él lo hace.

—No era mi expectativa de abreviatura.

—La expectativa siempre es distinta. La realidad no es mala si me lo preguntas—opina para luego sonreír con las mejillas llenas. Namjoon sonríe y Jin ladea la cabeza viendo fijamente los hoyuelos—. Creo que es linda.

Namjoon acaba viéndolo tan sorprendido que logra terminar de alegrarle el día. Por otro lado, Namjoon pudo olvidar por este pequeño rato la sarta de problemas que tiene debiendo heredar una mafia entera. Jin causa esa sensación en cada salida que ocurren a futuro.

Shoot || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora