ATENCIÓN: Es re falopa, ustedes disfruten.
"Te queda lindo el disfraz..." suspiró él tirado en el sillón.
"¿Decís? Está medio común ya, no sé si da..." dudó Vega.
"Pero vas a ser la vampiresa más linda de todas, pensalo así." se encogió de hombros alzando la ceja.
"Te tendrías que disfrazar de vampiro, así somos como Edward y Bella de Crepúsculo..." acunó la cara de su novio. "No te hagas el otro que te enganché el otro día viendo la peli, gil." provocó que los cachetes del varón se enrojecieran con rapidez.
"Pero la vi con fines científicos, vos no entendes..." rió nervioso. "Todo bien con Edward Culo, pero no tiene nada que ver con los vampiros."
"Wow, licenciado en vampirología..." replicó ella irónica. "A ver, iluminame ¿Cómo son?"
"Y... son todo un tema..." bostezó risueño.
"Fua, así sos." se cruzó de brazos con un pucherito en su cara.
"Mira, primero que nada, no brillan." explayó rascando su escasa barba.
"¿Y tienen los ojos rojos?"
"Nah..." resopló negando con la cabeza. "Algunos, depende de la familia." aclaró.
"¿Entonces no son necesarios los lentes de contacto?"
"Si queres te dejo los ojos rojos yo..." alzó la ceja Valentín. "Chiste, no te enojes." agregó luego de verla rodar los ojos.
"¿Y cómo tienen los colmillos?"
"Así como en la peli, eso sí." movió sus manos.
"No te creo." negó ella con suavidad.
"¿Qué cosa?"
"Nada de lo que decís..." palmeó su pierna. "Yo me creo la peli de fantasmas, pero porque a mí me pasó."
"¿Y qué tiene?" volteó a verla bien.
"Y que es inchequeable esto que me decís." finalizó.
"¿Queres ver?" alzó su ceja nuevamente.
"Basta de hacer eso de las cejas, me pones nerviosa..." rió ella. "¿Y qué me vas a mostrar?"
"No sé, decime vos qué queres ver." se acercó.
"¿Viste que Edward para la camioneta para que no choque a Bella?" él asintió. "¿Los vampiros pueden hacer esas cosas?"
"Son mitos, pero no, esas cosas no." rió.
"Entonces son re inútiles los vampiros, que aburridos." se cruzó de brazos nuevamente.
"Tampoco tan así, sos mala..." volvió a carcajear. "¿Cómo te muestro? Sino no me crees."
"Ay, Valentín, mira si voy a creer que en serio sos un vampiro porque me lo dijiste el otro día estando de pepa..." carcajeó ella. "Vas por ahí agarrando vírgenes y chupándoles la sangre todos los fines, claro." insistió irónica.
"Mira mis colmillitos..." rogó cual nene chiquito con una sonrisa de todos los dientes en su cara.
"No sos el único ser humano con colmillos afilados." rodó los ojos.
"Porque no soy un ser humano, es obvio." insistió algo molesto.
"Además, no me vas a decir eso a mí, sino me tendrías que matar." dijo con un falso temblor en su voz.
"¿Y quién dijo que no te voy a matar?" retrucó. "Acá nadie tiene nada asegurado." fingió seriedad.
"Pero probamelo, no sé."
"Agarra la campera, dale." señaló la que estaba en el respaldo de la silla del comedor.
"No hace frío afuera." lo miró raro.
"Te vas a cagar de frío, vos ponetela." insistió rodando los ojos.
Vega, a regañadientes, se levantó del cómodo sillón y agarró la campera gris de la silla. Por una parte no la quería usar porque no combinaba con el disfraz que tanto le había costado confeccionar, pero por otra parte sentía que Valentín no mentía en que la iba a necesitar.
La historia nace con un fin de semana muy borroso. Por lo general Vega y Valentín tenían un fin de semana al mes al que llamaban "La Doble V" en donde salían ellos dos solos a donde los llevara el camino y terminaban bastante ebrios o bajo los efectos de alguna sustancia ilícita. Estaban hablando de los superpoderes que les hubiese gustado tener toda la vida y por qué, cuando Vega habló de la supervelocidad y Valentín afirmó que ese era un don que poseía gracias a su familia, porque eran todos vampiros y que no habían vampiros lentos.
"A ver, ilumina-..." fue interrumpida rápidamente por un viento fugaz.
Lo único que Vega podía escuchar era la velocidad con la que los autos pasaban a su lado, pero ni siquiera podía abrir los ojos por miedo a que se le saliera alguno por la velocidad a la que iba.
"¡¿Qué hiciste?!" gritó una vez que él la bajó de su espalda en un espacio completamente distinto.
"Te muestro lo que querías ver." se encogió de brazos sentadose en un banco de la plaza.
"¡Pero...!" estaba atónita, realmente no sabía qué decir.
"Se me escapó el otro día, no le tendría que decir esto a nadie..." explicó haciéndose a un lado, invitándola a sentarse con él. "No te lo tenía que decir ni a vos, mucho menos a vos."
"¿Me pusiste en peligro? ¿Esto es como la película? ¿Voy a morir?" comenzó a bombardearlo con preguntas.
"No, no estás en peligro, ni es como la película ni vas a morir..." intentó calmarla riendo. "Estás a salvo porque estás conmigo, sino olvidate..." ella lo miró asustada. "¡Es un chiste, reite!"
"No entiendo nada, ¿dónde estamos?" preguntó mirando a los costados.
"Estamos en Plaza Irlanda..." señaló el cartel. "Preguntame y te respondo."
Vega comenzó a exponer cientas de inquietudes que las películas, series y libros le despertaron. Valentín no se guardaba nada, ya bastante extraño le parecía tener esa charla con su novia como para encima privarse de algún detalle que le pudiera resultar relevante.
"¿Entonces vos me podes transformar a mi?" él asintió. "Si yo te lo pido ahora, vos podrías hacerlo." volvió a asentir.
"No te voy a transformar, Vega..." rió corriendo un mechón de su cara. "Vos viste cómo terminó Bella." añadió bromeando.
"Tenes razón. Igual vos sabes que estas cosas te las digo por la emoción del momento y eso..." explicó. "¿Y sos inmortal?" él negó.
"Es un hermoso mito, pero muy falso..." aclaró. "No es que tengo setecientos pero a vos te digo que tengo veinticuatro y te lo crees, tengo veinticuatro posta." ahora era ella la que asentía.
"¿Y mi disfraz está bien entonces?" preguntó preocupada. "Capaz nada que ver los vampiros, qué sé yo." se encogió de hombros.
"Estás tan linda que te dejaría una marca en el cuello y no necesariamente de mis dientes."
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REALMENTE QUÉ ESCRIBÍA perdón.
Igual a ustedes les coparía una fic con esta onda corte vampiros magos y toda esta falopeada? Porque yo re estoy para esto 👉🏻👈🏻