cuatro.

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"Que miedo, man." acotó Gabriel. "Nos van a romper el orto, un cagazo."

"Habla bien, boludo." lo reté. "Así obvio que nos van a romper el orto, tarado." le pegué un cortito en la nuca.

"Vainstein y Martínez, les recuerdo que tienen que divertirse, eso es lo más importante de todo." sonrió la profesora mientras terminaba de acomodarle la corbata a mi compañero.

Estábamos yendo al modelo de naciones unidas que hacía el secundario, en realidad eran varios colegios secundarios de toda la Capital y nosotros por sorteo caímos con un país bastante polenta para los temas que íbamos a tocar, así que mejor que no nos toquen países en contra muy picantes porque sino estábamos al horno. El pánico se debía a que Gabi no había ido a ninguno de todos los que nos habíamos anotado, mientras que yo ya había participado en todos porque me gustaba mucho discutir con argumentos, entonces gracias a eso gané también en algunas oportunidades.

"El país que nos tocó no es tan complicado..." intentó relajarse.

"Para vos, para mí es un re quilombo..." me acomodé la camisa. "Igual tranqui, cualquier cosa pedís que te dejen visitar Consejo y te ayudo." busqué en esa frase ayudar un poco y contribuir a la paz mental de mi compañero. El pibe ya estaba transpirando la gota gorda.

"Aguante Francia, ¿o no?" intentó hacer un saludo de equipo, que vergüenza.

"Deja Gabo, anda tranqui." me alejé yendo a mi fila.

Me encontré con varios compañeros de otros colegios con los que había pegado buena onda en modelos anteriores y no veía hace rato, pero todo marchaba con mucha paz, era obvio que algo tenía que salir mal. Los chicos del Cortazar, eran buenísimos.

"Uh, ¿viste quién vino?" bufó Mauricio. "Vino Renata..." lo miré desconcertado. "La que fue Japón el año pasado."

Renata Alonso era del último año del Cortazar al igual que yo, pero con la diferencia de que yo iba al Nacional. Futura estudiante de relaciones internacionales y con un registro intachable: modelo al que iba, modelo que ganaba. Todos le tenían cierto temor porque era una piba sin escrúpulo alguno, con menos pulgas que gato pelado y menos filtro que cualquier otro ser humano que habitara el planeta.

"¿Sabes qué país le tocó?" tragué medio en seco. Renata me tenía bronca porque le hice perder el primer puesto en el único modelo que nos cruzamos.

"Creo que le tocó China o Rusia, alguno comunista, ¿vos qué tenes?"

"Francia..." murmuré.

"Fuiste, Manucho, un gustazo conocerte." palmeó mi hombro mientras se reía.

La mirada sagaz y filosa de la fémina se cruzó con la mía. Renata estaba bastante cambiada con respecto al modelo anterior. Una cabellera castaña larga se posaba sobre sus hombros, con mechones azules intercalándose en sus costados y unos lentes de fino marco negro apoderándose de la atención. Llevaba un saco negro, el cual combinaba con una pollera ceñida al cuerpo con ese mismo tono, una camisa azul marino y unos tacos negros para rematar la vestimenta. Era cierto, esa cara de "te voy a destrozar" era bastante intimidante, sobretodo para los pibes como yo que ganábamos estas cosas por chamuyeros más que por conocedores del asunto.

El modelo arrancó y estábamos debatiendo el primer tema, el cual me dejaba en una encrucijada bastante fea porque no solo que había investigado poco y nada, sino que también era un tema en el que mi nueva archi enemiga estaba ultra metida y encima en el que me vivía acusando.

"Me parece primordial que, para que podamos avanzar en este tópico, el delegado de Francia sea capaz de emitir al menos un sonido, digo, me parece bastante fructífero el intercambio de palabras." dijo en aquel tono prepotente y abusivo que tanto la caracterizaba.

𝐛𝐫𝐞𝐯𝐞𝐬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora