Miraba mis pies moverse nerviosamente en el suelo, haciendo que algunas hojas caídas se levantaran. Mi mochila naranja no pesaba en absoluto, pero sentía un peso doble debido a la tensión.
Levanté la mirada para contemplar la casa del árbol, intacta desde la última vez que estuve allí con él.
¿Debería limpiar las hojas que cayeron dentro antes de que Jooheon llegue?
Suspiré. No quería gastar energías en eso, solo quería usar todo mi ser para mi último día con Jooheon. Con Honey, mi novio que ya no sería mi novio.
A veces sentía como si fuéramos novios desde hace años, otras veces sentía que no era suficiente el tiempo que estuvimos juntos, que terminó demasiado rápido y no nos dimos cuenta.
Pero sería malo si nos hubiéramos percatado de ello, ¿no? Significaría que no estaríamos disfrutando de nuestro tiempo.
Estoy pensando demasiado.
Solo sé que estuvimos tan ensimismados en hacer cosas juntos y querernos, que la realidad nos golpeó demasiado rápido, y demasiado fuerte.
Jooheon aún no llegaba, se suponía debía estar allí hace cinco minutos, pero no había rastro de él ni en la distancia.
—¿Le habrá ocurrido algo? —pregunté al aire preocupado.
No era posible que se hubiera olvidado, tampoco que me dejara plantado. Jooheon nunca haría esas cosas, no solo a mí, sino a nadie. Jooheon era demasiado bueno para este mundo, si intentara ser malo, fracasaría inconscientemente porque esa es su naturaleza. Ser bueno, dulce y cálido.
Nunca iba a negar mi teoría de que realmente él era un ángel y fingía ser un humano para no ser descubierto.
Jooheon tenía esa inocencia que nunca se pierde, no importaba si crecía y probaba "cosas". Él siempre tendría ese aura puro e inocente característico solo de él.
Estoy acabado. Estoy demasiado enamorado de él. Tanto que ya hablo como un poeta. Jooheon, mira lo que hiciste.
—¡Kkukkungie! —gritó la voz que siempre, sin falta, hacía que me corazón diera un vuelco.
A lo lejos pude ver a Jooheon corriendo hacia mí con una de sus manos alzada. Sonreí ampliamente.
Cuando estuvo a mi lado, ni siquiera le di tiempo a decir algo, siquiera a respirar. Solo lo empujé contra el árbol y lo besé como nunca lo había hecho.
Quizás fui demasiado agresivo y descuidado, pero a Jooheon pareció no importarle después de unos segundos cuando siguió el beso de la misma forma.
Teníamos suerte de estar en un lugar aislado y solitario. No querría imaginar las miradas de la gente por ver a dos chicos besándose de aquella forma.
Me separé solo porque era humano y necesitaba respirar para sobrevivir. Jooheon estaba sonrojado por completo, y no sabía si por la falta de aire o por mi acción repentina.
Posiblemente ambas.
—Te despertaste más precoz de lo normal —dijo con una sonrisa ladina.
—Solo estoy aprovechando todo de ti antes de que te vayas y ya no pueda hacerlo —sonreí inocentemente.
—Espero que no me hayas traído aquí para hacer cosas de chicos precoces.
—¡Yah! —exclamé con falso enojo— ¡Fuiste tú quien dijo que pasar el último día aquí!
Jooheon rió y juntó nuestras frentes con una sonrisa que no sabía cómo interpretar —Me gusta que seas precoz.
Si hubiese estado bebiendo algo probablemente me hubiese ahogado hasta morir.
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the boy next door ❁۪۪ jookyun
Hayran KurguChangkyun tiene un nuevo vecino llamado Jooheon, el cual tiene su misma edad. Adorable, lindo y dulce. Ambos apenas son unos inocentes adolescentes que solo buscan tener la compañía de alguien en sus momentos más solitarios. Jooheon comienza a envia...