𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 & 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐞

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ʀᴇꜱᴜʟᴛᴀᴅᴏꜱ

◦ ❖ ◦...UNA SEMANA ANTES...◦ ❖ ◦

 Tan solo hice despertar y ver en donde estaba, eso basto para llenarme la cabeza de pensamientos, aunque de cierta manera mi sentido común tenía razón. Le había dado una brecha a Liam para iniciar algo con él, solo eso, y actuábamos como si fuéramos parejas, cuando en realidad, aunque sentía que lo conocía desde hace bastante tiempo, era muy poco lo que sabía de él.

Pensaba en marcharme a casa y hacer las cosas de una manera diferente, tener citas, conocernos como deberíamos, no hacer esto que estamos haciendo porque parece precipitado... Pero me gustaba en la manera en la que me sentía con él, su forma de mirarme y tratarme. Una gran parte de mí no quería apartarse en ningún momento.

«¿Por qué todo debe de ser tan difícil?»

— Ya está el desayuno, ¿Vienes?

Mire en la dirección en la provenía la voz, Liam estaba recostado en el marco de la puerta mirándome con media sonrisa.

Sin dudarlo baje de la cama, tome su mano, pero prácticamente caminando detrás de él.

Su torso, su espalda marcada estaba descubierta, no lleva nada puesto de la cintura hacia arriba; su cuerpo parecía estar perfectamente tallado, no de una manera exuberante, simplemente en un tono perfecto.

— Te hice tostadas francesas, creo que me habías dicho que te gustaban (?) — dijo dudoso.

— Sí — musite.

Soltó mi mano llegando a la cocina, yo por otro lado me aleje lo más que pude con una meno en mi pecho y otra en mi vientre, levante la mirada hacia arriba tratando de no vomitar por culpa de ese olor que se había vuelto una tortura.

— ¿Estas bien?

Jadee en respuesta, mi cuerpo empezó a sentirse mal de un momento a otro.

— Blair...

Respire profundo tratando de calmarme.

— Estoy bien.

— ¿Segura? No lo parece, estas pálida.

— Es malestar; ya se me pasara.

Su mirada me escudriñaba como si estuviese tratando de encontrar alguna respuesta.

— ¿Así de repente? ¿Te sientes enferma?... ¿Quieres ir a medico?

No quería que se preocupara.

«Por Dios. »

— No, estoy bien, me pasa últimamente con cualquier olor fuerte, no creo que sea necesario ir al médico — dije rápidamente.

Sus cejas se fruncieron levemente en un tono interrogante.

Me acerque al sofá y tome asiento, él hizo lo mismo aun con esa expresión en su rostro, pero luego de unos segundos se relajó.

— Y... ¿Desde cuándo te estas sintiendo así?

Me encogí de hombros.

No tenía memoria desde cuando empecé a tener estos malestares, y no se me hacía fácil recordar.

— No lo sé exactamente, desde hace unas semanas.

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