—¿Ocurre algo? —preguntó Suga con voz calmada, tratando de disimular el nerviosismo que tener a Daichi mirándolo detenidamente le causaba.
—No —le respondió, pero no dejó de mirarlo.
Suga le respondió con un sonido extraño que esperaba se interpretara como un «ok» y continuó con la vista en su libreta, su concentración completamente perdida de los problemas de matemáticas que se suponía debía resolver. Luchó contra la necesidad de mirarle también, seguro de que, si lo hacía, terminaría perdiendo. Así que mantuvo la calma y puso su mente a trabajar. Tal vez, si pudiera salvar la situación con un comentario gracioso, se sentiría menos tenso y más cómodo. Pero Sawamura aún le hacía perder los estribos y era complicado.
Los orbes castaños de Daichi eran insistentes y penetrantes. Nada de otro mundo. El capitán era intenso en todas sus acciones, incluso en algo tan trivial como observar a tu mejor amigo. Y esa intensidad era atractiva, al menos para Suga quien siempre había estado fascinado con esa parte de él, pero ahora le hacía sentir un poco fuera de lugar.
Aún así, Koushi intentó no darle demasiadas vueltas. Si Daichi le observaba era simplemente porque sabía que estaba enfermo y nada más. No había un significado profundo en sus miradas, ni en el trato delicado que, de un tiempo hacia el presente, había comenzado a darle. Y era un poco molesto, Suga no quería su lástima. Lo último que necesitaba era su lástima. Odiaba que el resto lo mirara como si fuera débil, porque no lo era, siempre luchaba con todo lo que tenía... aunque últimamente no se sintiera del todo así.
El análisis sobre su cuerpo se extendió por segundos que se sintieron como horas. Daichi probablemente estaba juzgando su estado anímico que, si bien hubo un periodo donde agravó, ahora se mantenía en un mismo estado; aún no dormía, comía poco, se sentía débil, las flores eran grandes, pero aún no salían con tanta frecuencia y podía asistir a la escuela normalmente.
Pero además de la preocupación por su salud, era obvio que Daichi quería decir algo y se estaba conteniendo. Suga lo conocía demasiado bien. Había pasado demasiado tiempo observándolo, caminando a su lado, como para no adivinarlo. ¿Por qué no lo hacía? Probablemente porque era algo delicado y había tantas posibilidades sobre lo que podría ser. Tal vez quería preguntarle cómo se sentía sobre el equipo de voleibol, tal vez quería preguntarle las últimas noticias del médico o, tal vez, quería hacerle la pregunta que más le asustaba que hiciera: ¿Quién es la persona que te hizo enfermar?
Una parte de él quería terminar con la ansiedad y encararlo para que, por fin, hiciera lo que tuviera que hacer, pero otra simplemente quería quedarse como estaba. Evitar los problemas y las explicaciones. Odiaba tener que ocultar cosas a sus amigos, pero también estaba convencido de que era lo mejor así que lo sobrellevaba e intentaba seguir adelante. Tal vez, luego existiría un tiempo en el que pudiera decir sus verdades, pero por el momento no era así.
El teléfono de Koushi vibró sobre su escritorio y la pantalla se iluminó, anunciando un nuevo mensaje de texto que rompió con la ligera ansiedad que Daichi le causaba. Él generalmente no era una persona que dependiera del móvil, rara vez lo usaba, pero últimamente... Bueno, últimamente tenía un amigo por correo con el que mantenía contacto.
El muchacho soltó el lápiz y lo dejó sobre su libreta. Tomó el móvil y levantó la tapa para mirar el mensaje. Él generalmente no le molestaba durante las clases, pero ahora estaban en la hora del almuerzo así que no había problema. Vio su nombre en la pantalla y sintiéndose un poco más ligero que antes, abrió el texto. No era la gran cosa. Un par de líneas sobre el día en la universidad y la pregunta que le hacía todos los días: ¿Cómo lo llevas hoy?
Haruki Hashimoto era el misterioso chico universitario con el que se había encontrado hacía unas semanas. Aún no lo conocía del todo, no se podría decir que eran amigos del todo, pero ciertamente tenían una conexión. Haru era carismático, amable y tenía muy buena intuición. Parecía del tipo de personas a las que no les cuesta trabajo interactuar con otras, aún si eso lo hace ver un poco invasivo. Pero fue precisamente eso lo que los hizo encontrarse.
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Lágrimas y flores para un amor no correspondido
FanfictionDaisuga |Hanahaki Disease| Cuando la felicidad de ver a la persona que añoras se vuelve un sofocante dolor en el pecho y las sonrisas se transforman en lágrimas, sabes que has enfermado de amor. Los buenos recuerdos se convierten en tragedias y todo...