Últimamente, ha habido una cosa en la que Daichi no ha dejado de pensar. Esa cosa le ha dado vueltas en la cabeza incansablemente, incluso mientras intenta dormir y es un poco molesto, pero no puede evitarlo. Piensa en ello tantas veces en el día que casi se siente como la primera vez que se atrevió a hacer una travesura y fue pillado casi de inmediato, ganándose la regañiza de su vida y la promesa de reflexionar incansablemente sobre lo que había hecho.
Piensa que, tal vez, no es para tanto. Que es normal. Después de todo, no es un asunto que deba tomarse a la ligera. Está hablando de la vida de uno de los mejores amigos que ha tenido y realmente, realmente, cree que tiene derecho a sobre-pensarlo, pero algo dentro de él se siente turbio y oscuro y aunque no tiene idea de lo que es, la sensación le deja un sabor de boca desconocido, y un poco incorrecto.
Sí, Daichi piensa en eso. Piensa en él. Lo piensa al despertar cada mañana, a la hora del almuerzo, durante los entrenamientos y antes de irse a dormir. Lo piensa cuando deja el móvil en su mesita de noche y le sube el volumen al máximo, sólo en caso de recibir una llamada que no quiere recibir, pero que tiene que contestar porque es de vida o muerte. Lo piensa cuando ve el asiento vacío de Suga y nota la ausencia de su figura alta y delgada, su nuca de cabello platinado y su voz susurrando lo que sea que esté leyendo en su libreta. Lo piensa cuando, en medio de una jugada, se queda sin aliento y recuerda que aún enfermo, Koushi no se detuvo ni una vez para colocar el balón y entonces su corazón se vuelve tan pesado como el plomo y siente un dolor extraño en el pecho que le hace sentir culpable por no haber notado antes que las cosas no estaban bien.
Y no se refiere al hanahaki. Se refiere a todas las veces que Suga lució un poco desanimado y él no insistió más en obtener una respuesta. Se refiere a las veces en las que Koushi miraba su celular, como esperando algo que nunca llegó. Se refiere a las pocas ocasiones en las que hablaban de chicas y el tema cambió tan rápido que no se dio cuenta, pero que ahora que lo piensa siempre fue culpa de Suga. Se refiere a los suspiros que él pensó que eran cansancio y a las miradas amargas que no le dedicaba a nadie pero que estaban allí, como si se arrepintiera de algo.
Sabe que no es del todo culpa suya. Suga no fue precisamente comunicativo, pero Daichi no pude evitar pensar que era su obligación, como mejor amigo y persona con la que tiene más contacto, darse cuenta. Cuenta de que Koushi estaba enamorado, cuenta de que era de un chico, cuenta de que no era correspondido, cuenta de que estaba sufriendo. Sufriendo al punto de llorar en la vía pública en una sociedad como la japonesa que no va a dudar en señalarlo y hasta ridiculizarlo como hicieron sus compañeros de clase luego de que la homosexualidad de Suga saliera a la luz y que lo más leve que podía pasarle era que la gente se alejara de él.
Justo como Daichi ha hecho.
Sabe que esa es la fuente de su culpabilidad. Las semanas que pasó defendiéndolo de un montón de idiotas que quisieron molestarlo por ser quien era, pero uniéndose a ellos cuando se dio cuenta de que no podía mirarlo a los ojos y mucho menos saludarlo por las mañanas. Y es que él jamás se había considerado a si mismo homofóbico, pero también es cierto que jamás había conocido a alguien así y lo de Suga lo tomó tan de sorpresa porque, aunque no quiera admitirlo, en su cabeza, los chicos homosexuales van por allí vestidos casi como mujeres y maquillados como mujeres y hablan de una forma extraña mientras mueven las manos y los dedos de una forma aún más singular y su mejor amigo no es para nada como eso.
Pero lo es.
Suga es gay y eso le hizo cortocircuito en el cerebro y le dejó incapaz de reaccionar como hubiera reaccionado normalmente. Porque ahora el hanahaki que padece parece tener otro significado. Uno más doloroso y difícil. Porque tal vez Daichi nunca se ha enamorado realmente de una chica, pero de alguna manera lo entiende. Siente que entiende lo que es querer tanto a alguien que el sueño se te va por las noches y no te concentras en las clases durante el día y a veces te asalta el pensamiento de las cosas que podrías haber hecho, haberle dicho, pero te detienes porque no encuentras la manera.
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Lágrimas y flores para un amor no correspondido
FanfictionDaisuga |Hanahaki Disease| Cuando la felicidad de ver a la persona que añoras se vuelve un sofocante dolor en el pecho y las sonrisas se transforman en lágrimas, sabes que has enfermado de amor. Los buenos recuerdos se convierten en tragedias y todo...