𝟬𝟯

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La de orbes (c/o) se encontraba de cuclillas frente a unas flores que milagrosamente había encontrado en el bosque. Su color, y el aroma que desprendían hacían que su corazón se emocionara; era una gran fan de la naturaleza.

—¡Oh, T/N! —exclamarón detrás de ella, sobresaltandola.

Giró su cabeza para ver quién era y se encontró con los orbes verdes de la pelinaranja, haciendo que sonriera de manera inconsciente ante su presencia. No era secreto que Emma era una personita muy encantadora, brillante como el mismo sol. Era una de las personas que más admiraba en aquel sitio.

—Hola, Emma —le saludó ella—. ¿Qué te trae por aquí? —preguntó mientras se levantaba y sacudía su falda.

—¡Te estaba buscando, jaja! —exclamó energéticamente mientras se acercaba a ella—. No pensé que te interesaran las flores.

—Hace tiempo había leído un libro sobre ellas, y siempre esperé ver una por mi propia cuenta—respondió mientras rascaba su nuca avergonzada—. ¡Tienen un aroma exquisito!

—¡Eso es genial! Me gustaria saber mas de lo que aprendiste —dijo mientras se acercaba a ella y tomaba la mano de la femenina—, pero mamá dijo que debía venir a buscarte porque te necesita... ¿Vamos?

—Esta bien, vamos —respondió con un leve rubor en sus mejillas, causando que las mejillas de la pelinaranja también se ruborizaran por el tacto ajeno. Las manos de T/N eran frías a comparación de las suyas.

Comenzaron a caminar por el bosque para poder volver hacia donde estaban todos. Allí, Norman y Ray las estarían esperando.

Ambos chicos esperaban más a la pelinaranja, pues tenían que hacerle varias preguntas sobre si algo había pasado en el bosque. No podían ni querían perderse ningún detalle, y menos si se trataba de su dulce amada.

Cuando ambas llegaron, la de orbes (c/o) se despidió de ellos y se fue para poder ayudar a Isabella con los menores de allí.

—¿Y bien? —preguntó Ray.











[...]



—¡Oye,Norman! —lo llamó la peli-(c/c) dulcemente.

El albino se acercó curioso hacia ella mientras veía como la femenina cargaba varias cajas que a distancia parecían algo pesadas.

—¿Pasa algo, T/N?—preguntó este con una sonrisa a lo que ella asintió.

—Si, ¿Podrías ayudarme con estas cajas, por favor? —pidió amablemente—. Mamá ha dicho que debo llevarlas al comedor, pero me pesan un poco.

—Claro, no hay problema —tomó entre sus manos dos de las cuatro cajas que llevaba la fémina.

Así, ambos comenzaron a caminar hacia el comedor para poder llevar aquellas cajas que le había encargado Isabella.

Al llegar, ambos chicos dejaron las cajas sobre una de las mesas que había allí. Luego, la femenina soltó un suspiro de alivio, captando una vez más la atención de que, muy a sus adentros se sentía afortunado de haber sido él el que la ayudó.

—Muchas gracias, Norman —agradeció mientras se acercaba a el con algo de duda hasta que finalmente besó su mejilla—. ¡Nos vemos luego! —se despidió de él y salió corriendo, soltando varias risitas en el proceso.

El de orbes azules se quedó quieto mientras sentía como sus mejillas se ruborizaban levemente, ¡T/N había besado su mejilla! ¡había sido el primero!

Mientras trataba de procesar todo lo ocurrido, Emma junto a Ray entraron al comedor mientras alzaban sus cejas al ver el estado de Norman. Algo tenían claro.

Había sucedido algo con T/N.

𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗠𝗘,                     The Promised NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora