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La de orbes (c/o) se encontraba en el bosque junto a su libro favorito de Mitología. Sentía que en cualquier momento iba a caerse de tanto temblar, y no se le ocurría nada para poder calmarse.

Tragó en seco y abrió una página cualquiera del libro, donde se mencionaba a las sirenas, una de las criaturas que más le gustaba a la femenina. Pensaba que, si empezaba a leer un poco, podría olvidarse de todo lo que estaba a punto de comenzar.

Se sentó en el césped; precisamente,  debajo de un árbol y comenzó a leer para poder tranquilizarse, pero, por más que quisiera, no podía, no conseguía hacerlo.

Dentro de poco se tendría que ir de allí porque una familia vendría a "adoptarla" o bueno, esa era la mentira que le decían a los demás para que no supieran la verdad, la asquerosa y terrible verdad tras la fachada de un lugar de ensueños como ese.

T/N ya lo sabía desde hace tiempo, pero no quería irse; no ahora que tenía a las tres personas que le gustaba desde hace un tiempo.

Si hubiera sido diferente, entonces no le importaría.

Mamá le había dicho que podía ser recomendada para que la entrenara como otra madre pero, se había negado rotundamente a no ser igual que ella. Ya que era demasiado para su frágil corazón.

¿Qué dirían los tres? No quería ponerles tristes ni nada, pero sentía que si no les decía, se pondrían realmente mal al momento en el que se fuera y los tomara desprevenidos.

Soltó un suspiro. No quería pensar más sobre ello, por lo que optó distraerse con su libro lo más que podía para que los pensamientos negativos desaparecieran.












[...]


—¿Saben dónde está T/N? —preguntó Ray, curioso ante su presunta desaparición. Era como si la tierra la hubiera tragado— No la encuentro por ningún lado.

—Yo no la he visto en la mañana... Ni siquiera estaba en su cama cuando desperté —murmuró en un tono triste, finalmente mostrando una faceta que rara vez se veia en ella—. ¿Le habrá pasado algo?

—¿Y si hay algo que le preocupa? —soltó de repente Norman, analizando la situación. Sabia que T/N era muy cerrada. Jamas comentaba cuando algo le molestaba—. Tal vez está evitando el hablar con nosotros y probablemente se haya escondido.

—¿Deberíamos buscarle? —preguntó Emma. No queria hacer algo incorrecto si se trataba de ella— De ese modo, puede que podamos hablar con ella sin que nos evite.

—Evitarnos puede hacerlo, pero no esta tan mal lo que has dicho esta vez, Emma—apoyó Ray, mostrando una expresion que detonaba seguridad—. Creo que tengo una idea de donde puede estar.

—Esta bien, entonces te seguiremos—dijo Norman con una leve sonrisa, apoyando la idea de esos dos.

El azabache comenzó a caminar, siendo seguido por los otros dos, así saliendo al exterior de la casa. Luego, comenzaron a caminar hacia el bosque.

Iban en silencio para ver si escuchaban a la de orbes (c/o) y así fue. Escuchaban los sollozos femeninos, por lo que, poco a poco comenzaron a acelerar el paso hacia donde provenía el sonido.

El trío se detuvo detrás de un árbol y allí la pudieron observar: Con sus mejillas levemente ruborizadas, sus ojos notoriamente hinchados de llorar y su esencia tan brillante apagada. ¿Qué le habían dicho para que se pusiera tan mal? Esa era la pregunta que se hacían los tres mientras sentían un profundo dolor en el pecho por ver a la que les gustaba llorando.

Ray soltó un suspiro y se acercó a paso lento hacia T/N, quien al sentir su presencia, alzó la mirada algo cansada, y al ver de quién se trataba, se sobresaltó, ocultandose detras de su libro. Probablemente ya había visto sus condiciones, pero aún así, sentía la necesidad de ocultarse ante el.

—T/N —le llamó, haciendo que se quisiera ocultar más en el libro o, mejor aún, que el mundo la tragara mágicamente.

Soltó un suspiro y se puso de cuclillas frente a ella mientras con sus manos, sacaba lentamente el libro de su cara. Sus mejillas que antes estaban ruborizadas, ahora lo estaban peor, expresando su plena vergüenza.

El de orbes azabaches tomó el libro de ella y lo dejó a un lado, tomando sus manos y entrelazando sus dedos con cuidado. Estaba atento a su rostro y a cada gesto que ella podía expresar, porque sabia muy bien que al más mínimo acto ya podría sentirse agobiada.

—T/N... —volvió a llamar.

Ella fijó su vista en Ray mientras sus manos temblaban. Su respiración era pesada y la sensación de nervios era una tortura en su pecho. Solo quería esconderse y no volver a aparecer.

—¿Si...? —tartamudeó.

—¿Por qué estabas llorando? —le preguntó sin rodeos. Soltó una de sus manos y la colocó en su mejilla con sutileza— ¿Te han dicho algo malo?

—Ray, no quiero hablar de eso —murmuró mientras apretaba su agarre. Su mirada se desvió finalmente y suspiró—. ¿Puedes abrazarme?

—... Está bien.

Soltó su mano y se acercó lentamente para rodearla con sus brazos, y tan rápido la abrazó, ella le correspondió con cuidado. Luego, lo atrajo hacia ella y lo abrazó con un poco de fuerza, soltando una vez más un suspiro pero esta vez, de alivio.

Unos segundos pasaeon y se separó un poco, besando la comisura de los labios femeninos a modo de hacerle saber que él estaría ahí para ella.







+BONUS

—¡N-N-Norman, se están besando! —tartamudeó en un susurro mientras los veía detrás del árbol— Yo también quiero...

—No lo niego, yo también querría estar en una situación así con T/N —soltó un suspiro para luego sonreír. Ray siempre aprovechaba la mas minima oportunidad para tener un momento con ella, incluso a solas—. Yo seré el siguiente.

—¡¿Eh?! —exclamó entre confundifa y ofendida. Un pequeño puchero se hizo presente en su rostro— ¡¿Y por qué tú?!

 Un pequeño puchero se hizo presente en su rostro— ¡¿Y por qué tú?!

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⏰ Última actualización: Sep 12 ⏰

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𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗠𝗘,                     The Promised NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora