Las paredes que te rodean, caen.

378 65 8
                                    

ㅡ Channie, te he traído un poco de ese queso que tanto te gusta de la anciana de al ladoㅡ. ChangBin sonaba tan pequeñito, como si tuviese miedo a dañar más a Chan. El otro no respondió nada mirando hacia la pared al lado de la cama que compartía con el bajo. Entró con cuidado y se sentó a un lado.

ㅡ No puedes encerrarte para siempre, Channie. Sé que es complicado todo lo que te dijeron ese día pero no hablarles y quedarte aquí no cambiara nada, solo te traerá más resentimiento y soledadㅡ. Susurró ChangBin deslizando su mano por su cabello.

ㅡ Me siento igual de decepcionado por haberte ocultado algo tan importante y entiendo como te sientes con toda esta situaciónㅡ. Apretó los labios.ㅡ Solo digo, que al final lo hicieron por tu bien, para que no te encontraran o no acabaras muerto ¿Entiendes? No fue intención de nadie hacerte daño, madre no quería herirte asíㅡ. Chan se encogió escondiendo su rostro.

ㅡ Llevas días aquí, casi se cumplen dos semanas. Por favor, al menos sal aunque sea para no revolcarte en amargura. Estoy preocupado, Channie, por favor. No puedes evitar a alguien o las situaciones para siempre, mira lo que pasó por elloㅡ.

El mayor no dijo nada. Tenía razón pero no podía dejar de pensar en el hecho de que todos estos años fue objetivo principal del rey, siendo su propio hijo. Y lo peor, es que la vida que llevaba su madre irónicamente pasó a ser suya. ¿Por qué tenía que vivir tales atrocidades si nunca fue malo? Nunca pidió más de lo que tiene.

Era injusto. Injusto que le tocara un destino tan trágico, tanto como que hasta esos días su cuerpo seguía doliendo físicamente por no poder estar cerca de MinHo. Su mente no podía borrar a su compañero. ChangBin seguía acariciando su cabello pero parecía que iba a terminar pues sus toques cedieron cada vez más.

El crujir de la cama indicó que se estaba yendo, y con las pocas fuerzas que lo mantenían cuerdo aclaró su garganta.ㅡEstá bien. Tú ganasㅡ.

Con ello, no se refería a que volvería a su vida antigua como si nada. Aún se sentía decepcionado porque le ocultaron la verdad, y le tomaría un poco de tiempo más asimilar tanta información. Pero no quería dejar a ChangBin atrás, y a decir verdad, ni a su madre, ni hermana, ni al pequeño que estaba en camino. No merecía vivir eso.

Los siguientes días, pegado a ChangBin, trató de seguir su antigua rutina. No evitaba a sus familiares pero los ignoraba y no les dirigía palabra. No estaba preparado para enfrentar a su madre aunque se sentía mal cuando veía como él le hacía el vacío mientras su estado empeoraba. Quería cuidar de su madre.

Su madre también trataba de hacer lo posible por consentirle, consolarle y prestarle atención. Ella se veía cada vez más débil pero insistía con tanta fuerza en no dejar atrás a uno de sus hijos, a su Chan. Un día, simplemente se rompió y Chan no aguantó la ley del hielo que impuso a quienes quería. Lloró toda la noche en brazos de la mujer mientras pedía perdón.

No fue tan difícil volver al trabajo. Lo que fue complicado era el pensamiento de forzarse a ir al lago con ChangBin. No podía, no quería. Pero ese era su lugar para tener un momento, para sentir paz. Era su lugar preferido. Obviamente, su hermano hacía lo posible para no dejarle ir, ayudándolo a que no cometiera un error.

¿Por qué debía ser un error ir? ¿Y por qué el no podía disfrutar a lo que pertenecía? Seguía siendo injusto, todo para él fue injusto. Entonces, si iba a vivir para tener que sobrevivir a tragedia tras otra, tomaría esa vida entre sus manos y la amoldaría como le diese la gana.

Se escapó.

A la vista de todos, de sus familiares y de ChangBin. Un día, temprano por la mañana, con el sol a penas asomandose, corrió fuera de casa. Hacía un poco de frío pero lo prefería así en comparación con el calor durante el resto del día. Miró a su alrededor nostálgico, casi asombrado como si descubriera por primera vez el lugar.

⌜𝐆𝐔𝐄𝐑𝐈𝐋𝐋𝐀.⌟  → MINCHAN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora