⌜𝐆𝐔𝐄𝐑𝐈𝐋𝐋𝐀.⌟ → MINCHAN.

¿Puede sentir el corazón latir?

No se esperaba que el hecho de que el príncipe le pidiera conocerse más, significara estar a solas o al menos quedar a solas. Íntimo, un pequeño secreto que guardaban los dos.  Por ello, se reunían por las mañanas temprano, cuando el sol aún estaba perezoso como para levantarse o por las noches, cuando el bosque a penas tenía luz si no fuese por la luna.

Se sintió mal por ocultarselo a ChangBin pero esas escapadas hicieron que volviera poco a poco a hablar con los que le rodeaba, de alguna manera, las cosas se sintieron mejor así. Por lo menos, su vida estaba recobrando algo de anterior normalidad aunque, insistiendo siempre, el juntarse a solas y estar de esa forma tan en su mundo podría costarles más adelante en su relación.

A partir de allí, también fue poco a poco integrándose al grupo como anteriormente lo hizo. Felix era el que más contento se puso al ver a su mayor regresar de nuevo con ellos y pasar un buen rato. Fue tan difícil fingir que no quería sentarse al lado de MinHo y acercarse tanto como lo hacían en sus escapadas.

Su relación avanzó de una forma tan positiva, que dio miedo. Chan estaba asustado. Porque pasaron de miradas a pequeños toques y luego acercamientos que permitían que ambos olores se unieran en uno solo, provocando que estuvieran más que a gusto. Siguen sin conocerse bien, pero definitivamente su omega se sentía cómodo al lado del príncipe.

Sus manos ardían, inquietas arrastrando sus dedos por la hierba como si peinara cabellos o arrancando estos en los momentos en el que el olor de MinHo se hacía demasiado para él y quería acurrucarse en él, ronroneando del gusto. No podían dejar que los demás supiesen de sus quedadas secretas.

Por lo que permanecieron en las sombras mientras fingían que no tenían la necesidad de acurrucarse el uno en el otro. Chan era el menos disimulado pero aún así, frente a quienes no lo conocían bien pudo pretender estar bien.

Claro, a quienes no lo conocían bien. ChangBin se percató en ese entonces de algo raro.

Entonces, siguió con sigilo observando cada acción, expresión y movimiento de su hermano, por si había algo más. Incluso cuando JiSung y él discutían, se seguían manteniendo en contacto, con burlas, pero no separados ¿Por qué a la mínima interacción que se diera entre los dos, ambos negaban? Raro.

Sabía que Chan lo hacía por no traer más problemas y supuso que el príncipe también, pero ChangBin lo notaba, lo veía desde lejos esas miradas disimuladas, esos toques improvisados, esos dedos que se movían ansiosos cuando tenían un mínimo contacto. Algo se olía raro y conocía muy bien al castaño.

Es eso que lo llevó a continuar una investigación que parecía avocar al fracaso porque todo se encontraba silenciosamente normal. Y probó con diferentes métodos, incluso hablar con él sobre el príncipe pero nada.

Hasta que un día, la vida estando de su parte, escuchó un extraño sonido en la madrugada. Algo no estaba bien. Podía sentir un frío a su lado, un vacío que normalmente se llenaba con un cuerpo cálido y, en medio de su medio consciencia, trató de forzar su cuerpo a despertarse completamente.

Entonces, sus ojos se abrieron abruptamente buscando con ellos el cuerpo de Chan. Nada. Pero aún se escuchaban ligeros ruidos en la casa por lo que aún seguía aquí. Sin esperar más, se levantó de la cama con cuidado tratando de ser lo más silencioso posible. ¿Que hacía despierto a las tantas de la mañana? Ni si quiera el sol salió.

No importaba. Necesitaba descubrir que era lo que pasaba con su hermano. Lo persiguió con cuidado, a unos cuantos pies por detrás y escondiendose donde pudiera, manteniendo el silencio en todo su cuerpo. ¿El bosque? ¿Aquí es donde acudía Chan? ¿Para ir al lago?

ChangBin se estaba arrepintiendo un poco en seguirle en secreto en vez de enfrentarlo como siempre, pues, a parte de invadir su privacidad quizá solo necesitaba un momento a solas y por ello no le decía a nadie que hacía, por ello tan disimulado. Aún así no dejó su plan original y caminó con cuidado, tratando de no pisar una rama o tropezarse con un tronco.